El Gobierno ha ordenado a las plantaciones de palma aceitera en el Perú, controladas por , detener sus actividades, luego de encontrar que habían arrasado bosques en años anteriores, reveló Fabiola Muñoz, que hasta ayer fuera jefa del (Serfor), en conferencia con la prensa extranjera.

Muñoz se desempeñaba como encargada de Serfor.

Reuters informó que , con sede en las Islas Caimán, no respondió a la solicitud para que hiciera un comentario a la denuncia.

AntecedentesA inicios de año, una investigación del portal Convoca, apoyada por Oxfam, dio cuenta de que empresas del estadounidense Dennis Melka estaban involucradas en actividades de en la Amazonía peruana.

Según dicha investigación, Melka habría creado cerca de 20 compañías en la Amazonía peruana con las que compró terrenos para los cultivos de y cacao.

La investigación dijo que cerca de 13,000 hectáreas habrían sido deforestadas.

Disputa judicialLa disputa actualmente está en el Poder Judicial. Hay varios procesos vinculados al caso de la firma Plantaciones Ucayali y otros a la empresa Tamshiyacu en Loreto.

"En un caso ya se ha definido que había un 50% del área que era solo forestal, y en la zona la es absolutamente ilegal, allí no hay discusión. En el otro caso, ni siquiera se tiene un estudio aprobado. Todo lo que han hecho es absolutamente ilegal", dijo Muñoz.

estima que el daño llega a US$ 112 millones.

"Estamos peleando esta batalla. Esperamos que el Poder Judicial entienda el valor de estos casos emblemáticos", enfatizó Muñoz.

Es más, agregó que cuando la Dirección de Asuntos Ambientales Agrarios puso medidas cautelares para detener la actividad y quiso ingresar a las plantaciones, los funcionarios gubernamentales fueron amenazados y no pudieron entrar.

No son viablesRecientemente, funcionarios de , incluida Fabiola Muñoz, se reunieron con representantes de una gran empresa de aceites de palma de Indonesia interesadas en operar en el Perú.

Los funcionarios de Serfor informaron a los ejecutivos de la empresa que en el Perú no son viables las plantaciones de a gran escala, que han contribuido a la rápida deforestación en Indonesia.

"Queremos inversiones, pero no a cualquier precio", afirmó a los corresponsales de la prensa extranjera.