El ICE se obtiene en base a dos indicadores: el Indicador de la Situación Actual (ISA) y el Indicador de Expectativas (IE), que mide la proyección de los economistas de diversos países para los próximos seis meses. (Foto referencial:  Raul Pisko/ Flickr)
El ICE se obtiene en base a dos indicadores: el Indicador de la Situación Actual (ISA) y el Indicador de Expectativas (IE), que mide la proyección de los economistas de diversos países para los próximos seis meses. (Foto referencial: Raul Pisko/ Flickr)

El ambiente para los negocios en América Latina tuvo una ligera mejora en el cuarto trimestre, pero permanece “desfavorable”, según un análisis divulgado por el centro brasileño de estudios económicos Fundación Getulio Vargas (FGV).

El Indicador de Clima Económico (ICE) en Latinoamérica, medido cada tres meses por FGV, avanzó desde los 43.2 puntos negativos en el tercer trimestre para 39.3 puntos negativos en el cuarto.

El ICE se obtiene en base a dos indicadores: el Indicador de la Situación Actual (ISA) y el Indicador de Expectativas (IE), que mide la proyección de los economistas de diversos países para los próximos seis meses.

En el periodo, el ISA subió 4.4 puntos, pasando de 98 puntos negativos para 93.6 puntos negativos, un resultado que, no obstante, se mantiene como “extremadamente malo”, destacó la institución en su informe. El IE, por su parte, pasó de 41.1 puntos positivos para 42.8 puntos positivos, un avance de 1.7 puntos.

De acuerdo con FGV, la mejora en ambos indicadores entre el tercero y cuarto trimestre confirma la tendencia observada en el estudio anterior de que la crisis del coronavirus ha dejado atrás “su peor momento” y la posibilidad de una recuperación de la región a partir del tercer trimestre.

El clima económico para América Latina avanzó en todos los países analizados, excepto en Argentina y Brasil, si bien la institución subrayó que los indicadores en toda la región “continúan en niveles desfavorables”.

En Argentina, el ICE retrocedió 13.5 puntos, hasta los 41 puntos negativos en el cuarto trimestre, mientras que en Brasil pasó desde los 32 puntos negativos hace tres meses para 32.8 puntos negativos en el cuarto trimestre.

Por otro lado, los países que presentaron los mejores resultados para el índice fueron Paraguay, con 14.8 puntos negativos, Uruguay (21.4 puntos negativos) y Colombia (28.5 puntos negativos).

Los economistas consultados en el estudio también consideraron de forma “mayoritaria” que la situación actual es “muy desfavorable en todos los países”.

Ya las expectativas para los próximos seis meses en la región se sitúan en un “nivel favorable” en casi todos los países, salvo en Argentina, Brasil y Chile.

Esperan caídas del PBI en la región

El estudio de FGV incluyó en esta edición las proyecciones de los economistas para el Producto Bruto Interno (PBI) de sus respectivos países para el 2020 y 2021, quienes calculan caídas en las economías de toda la región este año.

Los expertos estiman que la economía de Argentina será la más afectada entre los países investigados y esperan un desplome de 22% en el 2020, mientras que Paraguay deberá ser el menos golpeado, con una caída de 1.9% en su PBI de este año.

Con respecto al 2021, los economistas consultados prevén un crecimiento en prácticamente todas las economías, a excepción de Ecuador.

Existe un relativo optimismo para el crecimiento en el 2021, que se asocia con expectativas favorables en todos los países”, señaló FGV en el estudio.

Sin embargo, recalcó que “el efecto de la crisis en el PBI de los países aún no se ha mitigado por completo”.

Innovación, infraestructura y corrupción

El sondeo constató además que los economistas ven la falta de innovación, una infraestructura inadecuada, la corrupción, el aumento de las desigualdades de renta y una demanda insuficiente como los principales problemas para el crecimiento económico de sus países.

De acuerdo con FGV algunos problemas citados son “cuestiones estructurales”, mientras que otros “dependen del ciclo económico”, como es el caso de “la actuación de los Gobiernos ante la pandemia”, la “falta de confianza en la política económica” o la “inestabilidad política” vista en algunos países de la región.