La vida en Lima empezó a apilarse recién a mediados de la década pasada, cuando el horizonte de la capital se llenó de edificios. Durante muchos años, las circunstancias no fueron propicias. José Antonio Larco, gerente general de Ascensores Andinos, recuerda que a principios de los noventa las inversiones inmobiliarias no se concretaban. En parte porque los atentados terroristas las ahuyentaban. Así, solo se veían edificios de, como máximo, ocho pisos.

Por entonces Larco, que había trabajado durante décadas en otros países de la región para una empresa multinacional de ascensores, vio una oportunidad. A partir de su experiencia decidió fundar un emprendimiento dedicado a dar mantenimiento a los elevadores ya existentes.

Cuando la violencia en el país decayó y las inversiones aumentaron, decidió importar ascensores y venderlos. Fue el primero en introducir en el Perú la tecnología de frecuencia variable, que permite a un ascensor superar la velocidad de un metro por segundo y, además, elimina el vértigo del sacudón cuando se llega al piso elegido. "Fue ahí cuando despegamos", afirma.

En alzaHasta hoy Ascensores Andinos ha vendido 1,400 ascensores. A 85% de ellos les da servicio de mantenimiento. El mercado es competitivo y está compuesto por 12 marcas importantes. La empresa de José Antonio Larco cubre el 8%. Los equipos que importa y distribuye son principalmente de las marcas Kinetek y Orona.

"Nosotros damos mantenimiento los 365 días del año. Tenemos un equipo, a nivel nacional, que atiende cualquier emergencia y está disponible las 24 horas", afirma Larco.

Además de los clientes usuales (constructoras), Ascensores Andinos será el proveedor de ascensores y escaleras eléctricas para todas las estaciones de la Línea 2 del Metro de Lima. En promedio, la empresa vende 120 equipos anuales a nivel nacional. El impulso que este megaproyecto dará podría hacer que esta cifra suba a 200 unidades por año, lo que incluye también escaleras eléctricas.

"Es importante tener una buena posición en el mercado, pero más importante es que el cliente sea repetitivo. Y eso solo se consigue con un buen servicio posventa", afirma el empresario. La meta para el 2017 es llegar a cubrir el 10% de participación, hacer crecer y capacitar aún más al equipo de técnicos dispuestos a solucionar cualquier problema que impida a una persona llegar al piso más alto de su edificio.