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Andrea Baba, CEO de Fitco, calcula que entre el 20% y el 30% de los gimnasios que usaban sus servicios han cerrado. Y los que han adoptado tecnologías para seguir entrenando a sus clientes de manera remota, en el mejor de los casos, llegan a recaudar menos de la tercera parte de lo que ganaban antes de la pandemia.
Fitco empezó hace algunos años proporcionando un software de gestión y retención a los centros fitness y gimnasios. “Antes tenías que inscribirte, pagar, registrar asistencia y entrenar en el gimnasio. Tras la pandemia hubo que adaptarse”, indica Baba.
Entonces, desde la empresa tomaron dos medidas. En primer lugar, crearon una solución denominada Fitco Live, integrada con Zoom, para que los gimnasios puedan dar clases en vivo. “También les permitimos tener una biblioteca al estilo de Netflix para que puedan subir sus clases grabadas”, comenta.
Pese a que los gimnasios han estado cerrados, Fitco ha podido incrementar sus ingresos en un 30% debido a la rápida adopción de este sistema y de otro más, denominado Fitco Moves.
“Implementamos también Fitco Moves, un marketplace de bienestar que tiene las clases de los mejores centros de toda Latinoamérica”, cuenta la empresaria. El 60% del negocio de Fitco está en México, el 20% en el Perú, el 10% en Chile, el 5% en Colombia y el resto en varios otros países de la región.
En Fitco Moves, por una suscripción mensual, los usuarios pueden explorar un abanico de alternativas y “descubrir lo que más les gusta; posteriormente pueden inscribirse directamente en los gimnasios que son clientes de Fitco”.
Gracias al apalancamiento que representa Fitco Moves, los usuarios finales que entrenan en los centros afiliados de Fitco se multiplicaron por diez.
Baba advierte que el futuro en el negocio del fitness va a ser híbrido. Es decir, por más que los centros vuelvan a abrir de una manera presencial, no pueden descuidar el componente digital.