Bloomberg.- Mike Ashley, el aventurero comerciante minorista que fundó y controla Sports Direct, quizá se proyecte a Estados Unidos. En realidad, debería quedarse en su casa.

Sports Direct International Plc, donde Ashley tiene una participación del 61%, está en negociaciones para adquirir el minorista estadounidense de artículos deportivos Finish Line Inc., según el New York Post. La compañía no respondió a las llamadas de consulta de Gadfly.

Es fácil ver por qué Ashley está mirando al otro lado del Atlántico. Estados Unidos es un mercado enorme, y las empresas de indumentaria deportiva, desde Foot Locker Inc. hasta Nike Inc. y la propia Finish Life han vacilado últimamente.

El multimillonario británico es oportunista y le gusta conseguir una ganga, y las acciones de Finish Line cayeron 38% este año. Además, dado que son más los consumidores que compran en línea y disminuye la circulación en centros comerciales, el sector parece destinado a una reestructuración. Siendo dueño de Finish Line, Ashley se ganaría un lugar en la negociación.

Pero le convendría más usar los recursos de la gestión, y el dinero, de Sports Direct para contribuir a que la cadena principal alcance su objetivo de ser el "Selfridges del deporte". Las acciones de la compañía subieron 1 por ciento el viernes. Los inversores consideran, quizá, que se atendrá a su plan interno en vez de ir tras su Sueño Americano.

Finish Line tiene una capitalización de mercado de US$ 469 millones. Con una prima del 30%, eso llevaría el precio de venta teórico a poco más de US$ 600 millones. La compra dista de ser fácil, pese a que Ashley tiene una participación económica en Finish Line de 29.6%.

Sports Direct tiene un balance general sólido, pero la deuda neta está creciendo. A fines de abril, Sports Direct tenía una deuda neta de 182.1 millones de libras (US$ 243.8 millones) en comparación con 99.7 millones de libras el año anterior.

Esto incluso después del producto neto de 165.5 millones de libras de la venta de algunas de las inversiones de la empresa. También está invirtiendo con fuerza en su base de tiendas en el Reino Unido, habiendo gastado 317 millones de libras en propiedades con derechos de titularidad en el año previo a abril de 2017, así como también recomprar acciones.

Esto no deja demasiado espacio financiero para una gran compra, mucho menos una que podría requerir más inversión después de adquirida.

Ashley es un operador astuto, y suele haber una lógica oculta en algunas acciones que parecían aleatorias, como el hecho de involucrarse en la compra de Agent Provocateur y su participación en Game Digital Plc. Pero algunas de sus incursiones internacionales no funcionaron tan bien.

Un emprendimiento austríaco en 2013 fue el principal factor en la rebaja de valor de 58,5 millones de libras del año pasado. Captar Finish Line, y sus más de 500 tiendas, sería una distracción significativa para Ashley y su equipo de dirección.

Después de dos años terribles, Ashley parece estar encauzando nuevamente a Sports Direct.

Las accione subieron 37% desde que la compañía anunció resultados anuales en julio, cuando dijo que se proponía aumentar las ganancias subyacentes antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización entre 5 y 15% este año.

Las acciones se negocian con un ratio precio/beneficio para los próximos cuatro trimestres de 23 veces, en comparación con unas 13 veces en el caso de los incondicionales minoristas Next Plc y Marks and Spencer Group Plc.

Los inversores están apostando claramente a que Ashley podrá revertir las cosas. No debería hacer nada para hacerlos cambiar de opinión.

Esta columna no necesariamente refleja la opinión de Bloomberg LP y sus dueños.