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Las relaciones entre el gobierno británico y el fabricante de helados Ben & Jerry’s, una división del angloholandés Unilever, se enfriaron debido a una disputa sobre el trato a los migrantes.
La disputa comenzó el martes cuando la marca de postres con sede en Vermont dirigió un tuit a la ministra del Interior, Priti Patel, quien prometió evitar que los solicitantes de asilo crucen el Canal de la Mancha desde Francia a Inglaterra en embarcaciones pequeñas. Cientos de personas han realizado la travesía peligrosa en las últimas semanas porque hay un tiempo sereno.
La compañía tuiteó: “Hola @PritiPatel, creemos que la verdadera crisis es nuestra falta de humanidad para las personas que huyen de la guerra, el cambio climático y la tortura”. La empresa siguió con una serie de tuits en los cuales sugirió que el gobierno hable con organizaciones de refugiados y dijo que “LA GENTE NO PUEDE SER ILEGAL”, en respuesta a la charla de algunos políticos sobre inmigrantes “ilegales”.
El Ministerio del Interior respondió diciendo que Patel estaba “trabajando día y noche para poner fin a estos pequeños cruces de botes” y no le preocupaba “molestar al equipo de redes sociales de una marca de comida chatarra sobrevaluada”.
James Cleverly, un legislador del gobernante Partido Conservador, se unió a las críticas y tuiteó: “¿Puedo pedir una bola de virtud estadísticamente inexacta junto con mi helado extremadamente caro, por favor?”.
Fundado en Burlington, Vermont en 1978 por los exhippies Ben Cohen y Jerry Greenfield, Ben & Jerry’s ha defendido durante mucho tiempo las causas liberales. Ha sido propiedad desde el 2000 del conglomerado de bienes de consumo angloholandés Unilever PLC.