Redacción Gestión

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Según el Reporte para las Naciones sobre el Abuso y Fraude Ocupacional, emitido este año por la Asociación de Examinadores Certificados en Fraude (ACFE), las organizaciones suelen perder en promedio un 5% de ingresos al año como resultado de fraude.

En los últimos dos años estas pérdidas se han valorizado en un promedio de US$ 2.7 millones, a nivel global.

El reporte que tomó en cuenta la evaluación de 2,410 casos de fraude corporativo a nivel mundial entre los años 2014 y 2015; ubicó a la región de América Latina y Caribe en el cuarto lugar con mayores pérdidas, con hasta 5.3% de perjuicios equivalentes a US$ 174,000.

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En el mercado peruano son distintas las empresas y consultoras que buscan prever esta situación. Por ejemplo, el área de Forensic Services de aplica diversas metodologías globales de investigación y prevención desarrolladas que además de la prevención, también trabajan en la detección e investigación de fraudes.

Javier Ferro, manager de Forensic Services, KPMG Perú, señala que, "en el país la mayoría de las empresas que se ven afectadas por suelen ser de los sectores de Retail, Minería, Empresas Financieras e Industrias productivas, debido al tamaño de sus operaciones y a las características de sus procesos y actividades. Sin embargo, todos los negocios están expuestos a este riesgo".

Agrega además que los indicios que permiten identificar un posible fraude se presentan desde el cambio en el nivel de vida de algunos colaboradores, viviendo por encima de sus posibilidades económicas, hasta la falta de actualización en las conciliaciones bancarias de las empresas.

"Si bien tener buenos controles internos es importante, el control más incisivo o al detalle depende del componente humano, por ello nos aseguramos de contar con un equipo multidisciplinario y con habilidades específicas que le permitan por ejemplo, determinar el perfil de un defraudador a través de rasgos en la personalidad hasta el comportamiento diario", precisa Ferro.