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La tecnología de automóviles sin conductor sigue mejorando. Y no hay escasez de inversiones, tanto de compañías de tecnología como automotrices. Lo que falta hasta ahora es un modelo de negocio, e incluso las mejores ideas solo pueden llegar hasta cierto punto sin uno. La historia de Google Fiber ofrece un cuento aleccionador.

anunció por primera vez en febrero del 2010 su intención de crear lo que finalmente se conoció como Google Fiber. El objetivo era entregar internet gigabit a un precio competitivo a "al menos 50,000 y posiblemente hasta 500,000 personas".

Se alentó a las comunidades a solicitar ser la primera "ciudad Fiber", y eso dio inicio a un frenesí no muy diferente a lo que hemos visto con Amazon y su búsqueda de una ciudad para instalar una segunda sede. Cerca de un año después, Google anunció que Kansas City, Kansas, sería laprimera ciudad en tener el nuevo servicio.

El servicio estuvo disponible en septiembre del 2012 y el presidente ejecutivo, Eric Schmidt, declaró que sería un negocio viable al final de ese año.

Los anuncios de expansión siguieron, y tal vez el mayor fue a principios del 2015 con Atlanta, Charlotte, Nashville y Raleigh-Durham.

Pero un año y medio después, Alphabet, ahora la matriz de Google, decidió suspender sus planes para expandir Fiber.

No se cumplieron los objetivos de suscriptores y la expansión fue costosa y exigía mucho tiempo.

Mi propia ciudad de Brookhaven, Georgia -vecina de Atlanta- estaba en la lista de ciudades de Fiber en ese anuncio de expansión a principios de 2015. Parte de hacer que el servicio estuviera disponible para la comunidad requería la construcción de dos casetas o nodos, llamados “utility huts”, en ubicaciones centrales en la ciudad.

Mientras que uno fue construido, el otro quedó atrapado en medio de problemas de zonificación relacionadas con la propiedad de terrenos públicos, la longitud de la cerca y contratiempos con una carretera. Brookhaven todavía no tiene servicio de Fiber.

Han pasado más de ocho años desde que Google hizo el anuncio original de Fiber, y si bien algunas ciudades tienen el servicio, no parece que habrá una implementación nacional del servicio de la forma en que algunos lo habrían esperado.

Las ambiciones de Google llevaron a las empresas de telecomunicaciones establecidas a hacer algunas inversiones propias en gigabit y una tecnología inalámbrica llamado 5G parece preparada para hacerse cargo donde quedó la fibra gigabit, asumiendo que los gobiernos y las comunidades puedan descifrar dónde poner el equipo.

Basándonos en lo que sabemos ahora, podría ser justo decir que, en algún punto de la década del 2020, la mayoría de los estadounidenses tendrán acceso al servicio de internet gigabit -de forma inalámbrica, no a través de la red de fibra y usando la infraestructura que fue pagada y es administrada por grandes empresas de telecomunicaciones tradicionales como Verizon y AT&T.

Al principio, Google Fiber quizás fue un "disruptor", pero ahora está en camino a perder la carrera.Esto puede terminar siendo similar a cómo evolucionará la industria del transporte. La mayoría del alboroto durante los últimos dos años ha estado vinculado a innovadores y disruptores, empresas como Waymo de Alphabet, las empresas de viaje compartido Uber y Lyft, y Tesla.

Pero el transporte, al igual que las telecomunicaciones, es una industria en la que las transformaciones se desarrollan durante décadas, en que las inversiones se miden en decenas de miles de millones de dólares.

Los fabricantes de automóviles tradicionales, aunque son más lentos en innovar y cambiar, tienen la ventaja de décadas de experiencia, excelencia operativa y logística y rentabilidad en una industria de bajos márgenes.

También saben cómo jugar bien con los reguladores. Hemos visto las deficiencias del enfoque de Tesla recientemente ya que la compañía ha tenido problemas de finanzas, de relaciones con los inversores y de producción masiva a gran escala de vehículos. Tesla, Uber y Lyft no son rentables y aún no han sobrevivido a una crisis económica.

Construir modelos comerciales sostenibles no emociona a Silicon Valley como lo hace la innovación. Esta industria lo que hace mejor es presentar una visión inicial y crear productos y servicios para alcanzar esa visión.

Los visionarios y las culturas a la que inspiran generalmente carecen del compromiso y la consistencia financieros, operativos y reguladores para sostener un gran negocio. Mire la evolución de los autos sin conductor para un estudio de caso.

Es más probable que los robots que dominarán las carreteras el 2030 sean fabricados por Toyota y General Motors, no Waymo, Uber o Tesla.

Por Conor Sen

Esta columna no necesariamente refleja la opinión de la junta editorial o de Bloomberg LP y sus dueños.

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