Romano Allegro, dueño de un restaurante familiar en el noreste de Brasil, se está haciendo preguntas sobre el acuerdo de Petrobras de pagar a los accionistas de los Estados Unidos US$ 2,950 millones por las pérdidas del escándalo de corrupción denominado Carwash.

Le gusta el hecho de que establece la responsabilidad de la compañía petrolera estatal. Ahora quiere saber cuándo serán compensados él y otros 288,000 inversores minoritarios de Brasil.

Allegro, accionista de largo plazo y crítico con la compañía, es uno de los demandantes de Petroleo Brasileiro SA en un tribunal brasileño para obtener un acuerdo similar para los accionistas brasileños.

El acuerdo con los Estados Unidos, en espera de la aprobación final de un juez, se produjo después de una batalla legal de tres años en los tribunales estadounidenses con los tenedores de bonos y certificados estadounidenses de depósitos en custodia (ADR, por sus siglas en inglés) de Petrobras.

"El acuerdo en los Estados Unidos ayudará a nuestra lucha", dijo Romano en una entrevista telefónica. "Los delitos son los mismos. Los inversores brasileños deberían recibir una compensación ​​también".

En 2010, Allegro vio cómo se evaporaba una gran parte de los 80,000 reales (US$25,000) que había invertido en la compañía más importante de Brasil después de que una obtención compulsiva de préstamos no lograra generar las ganancias prometidas, lo que causó una venta masiva de las acciones.

Su madre también perdió parte de sus ahorros de 97,000 reales (US$ 30,000) por seguir su consejo. Desde entonces, las acciones de Petrobras han caído 50% después de que saliera a la luz en 2014 un esquema masivo de sobornos conocido como Carwash.

El acuerdo de EE.UU. representa el acuerdo de demanda colectiva más grande del país en una década, dijo Jeremy Lieberman, de Pomerantz, el abogado principal de los demandantes. Este acuerdo ayuda a la compañía al poner fin a la incertidumbre por las demandas en curso en los Estados Unidos.

Para Allegro y otros accionistas brasileños, sin embargo, es una traición."Los accionistas brasileños están pagando la factura dos veces", dijo por teléfono Andre Almeida, abogado que representa a los accionistas minoritarios en Brasil.

Primero, los accionistas brasileños perdieron cuando el valor de sus acciones se desplomó a causa del escándalo, dijo Almeida.

Ahora, tendrán que subsidiar el acuerdo con Estados Unidos, que se incluirá en los resultados del cuarto trimestre de la compañía y hará que sea más difícil para Petrobras reanudar los pagos de dividendos, que no se han producido durante tres años, dijo.

"No es correcto tratar a los inversores de manera diferente según el país en el que nacieron", dijo Almeida por teléfono.

El acuerdo no constituye ningún reconocimiento de conducta indebida y Petrobras niega responsabilidad, dijo en un comunicado el 2 de enero. La compañía no buscará acuerdos similares a la demanda colectiva estadounidense en otros países, dijo el martes el máximo ejecutivo, Pedro Parente.

Muy optimista
Allegro, de 61 años, es una persona muy optimista en un país donde los inversores nunca han tenido mucho éxito a la hora de exigir compensaciones de las empresas.

En los últimos años, asiste con frecuencia a las reuniones de accionistas de Petrobras en Río de Janeiro, lee sus quejas contra la compañía por el micrófono antes de presentarlas oficialmente y vuela de regreso a su hogar a unos 1,600 kilómetros de distancia.

La asociación de accionistas minoritarios que Allegro ha creado junto con otros dos inversores, llamada Aidmin, está detrás de la contratación de Almeida, quien solicitó a un tribunal en Brasil el mes pasado que otorgara a los accionistas brasileños el mismo nivel de compensación acordado para los inversores estadounidenses.

"La gente dice que estoy loco" por oponerse a la compañía en una reunión de accionistas tras otra a lo largo de los años, dijo. "Pero ya no es por el dinero. Es una lucha moral".

Los inversores brasileños duplican en número a los de EE.UU. y, por lo tanto, deberían tener derecho a unos US$ 6,000 millones en compensación, considerando los precios actuales de las acciones, dice Aurelio Valporto, vicepresidente de la asociación de inversores minoritarios que está detrás de la petición, y accionista de Petrobras.

Espera que el caso se convierta en la primera gran demanda colectiva exitosa del país.