La crisis, propiciada además por una búsqueda de clics y “me gusta” siguiendo la lógica de las redes sociales, ha puesto en riesgo la credibilidad de muchos periódicos.
La crisis, propiciada además por una búsqueda de clics y “me gusta” siguiendo la lógica de las redes sociales, ha puesto en riesgo la credibilidad de muchos periódicos.

Los principales diarios de Latinoamérica, golpeados financieramente por la migración de lectores y anunciantes a Internet, apuestan cada vez más por las suscripciones pagadas para acceder a sus contenidos digitales.

Se trata de un cambio irreversible en el modelo de negocio y del papel de la prensa en la sociedad.

La crisis, propiciada además por una búsqueda de clics y “me gusta” siguiendo la lógica de las redes sociales, ha puesto en riesgo la credibilidad de muchos periódicos.

Los grandes medios tradicionales tenían estructuras en muchos casos ineficientes, sostenidas por un negocio extremadamente exitoso y rentable que se acabó”, explica Diego Salazar, periodista peruano y autor del libro “No hemos entendido nada”, sobre el declive de estas empresas.

El modelo de publicidad impresa, que sustentó grandes nóminas y diarios a precios bajos, ha sido arrasado por las plataformas digitales.

Ese es el caso de Diario Colatino, decano de la prensa salvadoreña, que en mayo pasado se quedó únicamente con su edición digital y un tercio de los trabajadores, a quienes redujo el sueldo un 50%.

En su mejor época tuvo un tiraje de 15,000 ejemplares, que cayó a 4,000 con la pandemia. “Es la peor crisis en 130 años”, asegura su director, Francisco Valencia, que ofrece membresías anuales a 30 dólares.

Los periódicos buscan ahora convencer a sus lectores de pagar por un periodismo bien hecho.

En “Latinoamérica hay gente que quiere y necesita información de calidad y puede pagarla. Soy optimista, creo que hay público para la suscripción”, afirma Jan Martínez Ahrens, director de El País América, de origen español.

Información valiosa

Para Diego Morales, informático mexicano de 49 años, los muros de pago son sin embargo una mala noticia. “Nos limitan el acceso a la información”, lamenta este lector habitual de diarios, quien rechaza suscribirse.

Eduardo Garcés, gerente general de El Espectador de Colombia, que lanzó su modelo de suscripción en 2018, cree que el público se acostumbrará a “pagar por buen contenido noticioso como ya lo hace por música y entretenimiento”.

Una encuesta de la organización privada Luminate -realizada a mediados del 2020 en Argentina, Brasil, Colombia y México- estableció que el 13% de los lectores de noticias digitales consultados pagan una suscripción.

Aunque baja, esta cifra muestra una “predisposición a pagar” mayor que la de algunos países europeos, indica el estudio, que sin embargo muestra que nueve de cada diez no suscriptores carece de razones para hacerlo.

Nuestro reto es hacerle ver a la persona común (...) que la información cuidada, veraz, verificable y bien presentada es valiosa”, comenta Mario Dorantes, subdirector de contenidos del mexicano El Universal.

Pero la apuesta por la calidad resulta cuestionable a juzgar por decisiones de algunos periódicos en años recientes, alejadas de ese propósito.

Sexo, sensacionalismo o el reciclaje de videos virales como noticias son habituales en la búsqueda frenética de visitas, incluso para medios tradicionales.

En esa carrera por el clic (...) muchos de estos medios han dejado por el suelo su prestigio”, advierte Salazar.

Foco en los lectores

A esto se suma una creciente desconfianza en la prensa, según instituciones especializadas como el Reuters Institute.

Su reporte de 2020, que estudió 40 países incluyendo Chile, Argentina, Brasil y México, muestra que solo 38% de los encuestados confía usualmente en las noticias, frente al 42% del 2019.

En Argentina y Chile la confianza baja al 33%, aunque en Brasil llega al 51%.

El remedio, según los entrevistados, es el trabajo serio enfocado en los lectores. El eje del negocio deben ser ellos y no los algoritmos que organizan las búsquedas en Internet.

Prefiero responder a un lector enfadado por la mala calidad de un artículo, o que cree que nos hemos desviado de nuestros objetivos, que depender de Google y su algoritmo, eso es fundamental”, dice Martínez Ahrens de El País, que ya suma 130,000 afiliados desde mayo pasado.

Aunque las suscripciones han crecido mundialmente, la mayoría de la gente sigue satisfecha con noticias gratuitas, con un alto porcentaje de ellos (40% en Estados Unidos, 50% en Inglaterra) sosteniendo que “nada podría persuadirlos a pagar”, señala Reuters Institute.

Para obtener información necesaria hay que pagar (...), no creo que exista ningún medio gratuito al ciento por ciento”, opina Carlos Coria, estudiante mexicano de 30 años.