La década de 1970, los "años de plomo" que sacudieron Europa
La década de 1970, los "años de plomo" que sacudieron Europa

Entre el romanticismo revolucionario y la lucha antifascista, una juventud radical y desilusionada sembró el terror en Europa y en otros lugares en la década de 1970. Fue el caso de Cesare Battisti, arrestado en y devuelto el lunes a Italia para cumplir una sentencia a cadena perpetua.

El arresto de Battisti reavivó el recuerdo de los "años de plomo" --desde finales de los 60 a mediados de los 80-- que vieron florecer en Italia muchos grupos ultraizquierdistas, incluyendo las Brigadas Rojas (BR), que fueron las más estructuradas y que tenían en la mira a sindicalistas, magistrados, periodistas, policías y líderes políticos.

Al mismo tiempo, una ola de violencia se extendía en Alemania Occidental con la Facción del Ejército Rojo (RAF), o "Banda Baader", en Grecia con la oposición al "régimen de los coroneles", y en Japón con el Ejército Rojo Japonés que pretendía derrocar a la monarquía e instaurar la "revolución mundial".

En Beirut, la diáspora armenia fundó el Ejército Armenio Secreto de Liberación (Asala), que atacó los intereses turcos, incluyendo los mostradores de Turkish Airlines en el aeropuerto de París-Orly (julio de 1983, ocho muertos).

El FPLP y Carlos

También aparecieron movimientos a favor de la lucha palestina como el Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP, Marxista-Leninista), por el que luchó el venezolano Carlos, autor de la espectacular toma de rehenes en la sede de la OPEP en Viena en 1975.

"A finales de la década de los 60, jóvenes rebeldes emprendieron acciones armadas con la idea de terminar con los últimos fascistas", explica Mosco Lévi-Boucault, director francés y autor de una serie sobre las antiguas Brigadas Rojas ("Ils étaient les Brigades rouges").

El mundo estaba también sacudido por la guerra de Vietnam, que levantó a la juventud occidental, y poco después llegó el sangriento golpe de Estado del general Augusto Pinochet en Chile (1973). Los estudiantes se unieron a las luchas sindicales, en un mundo polarizado por las ideas pero también físicamente, entre el bloque comunista y el capitalista.

La democracia era aún reciente en varios países como Alemania o Japón, por la idea de la violencia era aceptable, señala el historiador Marc Lazar, profesor en el instituto Sciences Po en París.

En Italia, estos activistas también querían contrarrestar la extrema derecha, que en un ataque contra el Banco Agrícola de Milán en diciembre 1969 mató a 16 personas e hirió a 80. Este fue el primero de una larga serie de ataques mortales que se saldaron con 400 muertos, agrega Lazar.

"La singularidad italiana proviene de este estallido de violencia entre la ultraderecha y la ultraizquierda", apunta. La primera mantiene una "estrategia de tensión" atacando los lugares públicos, lo que puede justificar el retorno a un orden autoritario, mientras que la ultraizquierda, fragmentada, elige blancos simbólicos.

¿Hijos de obreros o de burgueses?

Los atacantes pasaron progresivamente de la "gambizzazione", es decir herir en las piernas, a los secuestros o asesinatos, que culminaron en 1978 con el del jefe de la Democracia Cristiana, Aldo Moro, que se preparaba a firmar un acuerdo histórico con los comunistas, tras 55 días de cautiverio.

Los antiguos brigadistas que conoció Mosco Lévi-Boucault eran "hijos de campesinos y obreros"... No eran intelectuales", recuerda.

Pero para Massimo Nava, de 68 años, editorialista del Corriere della Sera y contemporáneo de los "años de plomo", "muchos eran hijos de la burguesía urbana que se lanzaron a un juego trágico". Massimo Nava tuvo que cubrir la muerte de su amigo Walter Tobagi, un periodista asesinado a los 33 años en 1980 en Turín por la extrema izquierda.

Además de la guerra de Vietnam como telón de fondo y la Guerra Fría, Massimo Nava destaca el apoyo de la juventud y los intelectuales a las figuras románticas del Che Guevara y el Maoísmo. "Un amigo mío tenía un velero llamado +Mao Zedong+", cuenta.

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