(Bloomberg) Coca-Cola intensificará su intento por transformarse al reducir sus operaciones bajo la dirección del presidente ejecutivo entrante, James Quincey.

El gigante de las gaseosas prometió recortar US$ 800 millones más en costos anuales, que se suman a un plan para ahorrar US$ 3,000 millones. La iniciativa de ajuste acompaña la decisión de escindir gran parte de las operaciones de embotellamiento de Coca-Cola, uno de los cambios estratégicos más grandes de la empresa en décadas.

El 1 de mayo, Quincey, de 52 años, tomará las riendas de manos de Muhtar Kent, que vendió plantas de embotellamiento por todo el mundo. La compañía está intentando resurgir como una empresa más concentrada —y rentable—, que se enfocará en crear bebidas nuevas y vender ingredientes a socios.

Por ahora, los cambios están perjudicando los resultados. El martes, Coca-Coca publicó ganancias de 43 centavos de dólar por acción para el primer trimestre, por debajo de los 44 centavos proyectados por los analistas. Un declive en los volúmenes de gaseosas y fluctuaciones cambiarias también siguieron afectando las ventas.

Los ingresos cayeron 11% el trimestre pasado. Los cambios estructurales fueron responsables de 10% del declive, afirmó la empresa con sede en Atlanta.

La buena noticia es que quizás las ganancias por acción de Coca-Cola no bajen tanto en todo el año como se esperaba. Ahora, la empresa proyecta una caída de 1% a 3%, frente a una proyección anterior de hasta 4%. Se anticipa que los ingresos orgánicos, que excluyen efectos cambiarios y cambios estructurales, suban 3%.

Más que refrescosCoca-Cola y su rival PepsiCo se están dando prisa en incorporar más bebidas no gaseosas, para lidiar con un alejamiento de los refrescos tradicionales entre los consumidores.

En 2016, el consumo per cápita de gaseosas en Estados Unidos se hundió al nivel más bajo en 31 años, según Beverage-Digest, una publicación del sector.

Coca-Cola cambió de estrategia para concentrarse en aumentar las ganancias en vez del volumen. Esto acarreó la presentación de latas y botellas más pequeñas, cuyos precios por mililitro son más altos que los de los envases más grandes. Tras promocionar los envases más pequeños en EE.UU., ahora la empresa está trasladando el concepto a los mercados emergentes.

Los productores de refrescos también están lidiando con más cargas regulatorias sobre sus productos principales. En junio, Filadelfia se transformó en la primera ciudad importante de EE.UU. en promulgar un impuesto sobre las gaseosas. Desde entonces, se promulgaron medidas similares en el área de la Bahía de San Francisco; en Boulder, Colorado; y en el condado Cook, en Illinois.

El volumen de gaseosas de Coca-Cola se achicó 1% en el primer trimestre. Pese a que total de ventas se contrajo, superó las estimativas de los analistas. Coca-Cola informó de ingresos por US$ 9,120 millones, frente a una proyección de US$ 8,870 millones.

El fabricante de bebidas espera lograr ahorrar US$800 millones más en costos para 2019.

"La semana que viene entregaré con orgullo las riendas de máximo ejecutivo a James Quincey, confiando plenamente en que él terminará la transformación de la empresa y dirigirá nuestra enérgica agenda de crecimiento", dijo Kent, de 64 años, en el comunicado.

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