Pensar en un verano en el Perú implica pensar también en un plato tradicional como es el ceviche. Sin embargo, la pandemia del COVID-19 también llegó a este rubro gastronómico y ahora las cevicherías enfrentan un panorama difícil con miras al verano 2021.
En conversación con Gestión.pe, el presidente de la Asociación de Restaurantes Marinos y Afines del Perú (Armap), Javier Vargas, explica que las cevicherías reiniciaron actividades con muchas limitaciones, como el aforo al 40% y el cierre de los domingo de cuarentena. Esta última medida -comenta Vargas- terminó cerrando más los restaurantes marinos.
Así, precisó que producto de estas restricciones a la fecha un 30% de cevicherías ya cerraron y la cifra podría aumentar al término del 2020. El 70% que aún opera lo hace también con dificultades, puesto que ahora trabajan con un aforo del 50% (el Gobierno dispuso el aumento de aforo de 40% a 50%) y con las restricciones de ingreso de menores de edad y adultos mayores de 65 años.
“Curiosamente nosotros, las cevicherías, tenemos solamente tres horas de venta, desde la 1:00 pm hasta las 3:30 pm a 4:00 p.m. entonces es una contra (estas medidas) porque la gente usualmente no consume pescado en la mañana ni tampoco en la noche. Las cevicherías tenemos ese gran riesgo de solamente poder atender 4 horas en el día”, sostuvo.
Detalló que con la reciente medida del Gobierno -de usar las playas solo de lunes a jueves en Lima- se continúa complicando la situación del sector, pero se espera que el aforo en los restaurantes pueda elevarse a un 80%.
En cuanto a las regiones, en las playas del norte y el sur del país la realidad de las cevicherías no es distinta. Vargas indica que en Piura y Tumbes casi el 80% de las cevicherías están cerradas. En Punta Sal está vacío y en Los Órganos solo opera un 20% de las cevicherías. Lo mismo sucede en Máncora, Asia y Pulpos.
Entre gastos y compromisos
La principal razón por la cual un 30% de cevicherías quebraron responde a los gastos de alquiler de local y el pago de sueldos a los trabajadores que no se pudieron pagar, sostiene Vargas.
Indica algunos propietarios realizaron descuentos al pago de alquiler de los locales, pero otros, no lo hicieron.
Así, los propietarios cobraron el pago a los inquilinos, quienes muchos de ellos eran restaurantes pequeños que ni pudieron establecer sus protocolos y sus planes de vigilancia, prevención y control del COVID-19.
“Son pequeños locales los que han cerrado, locales que tenían 5 o 6 mesas y con el aforo al 40% que se empezó, no podían atender. Eso les ha afectado mucho por lo que se vieron obligados a cerrar”, dijo.
Precisó que hasta antes de la llegada de la pandemia del coronavirus el país, no habían muchos locales para negocios de restaurantes, como el caso de las cevicherías.
Sin embargo, actualmente se observa una mayor oferta de estos establecimientos incluyo con precios 50% menores a los del año pasado. El problema ahora es que no hay quien los ocupe.
“Ahí está la oferta, pero no la demanda. Ahora nadie en su sano juicio abre un restaurante”, aseveró.