Enfoque. La Gran Fruta está dirigida a un público millennial.
Enfoque. La Gran Fruta está dirigida a un público millennial.

A cuatro meses de haberse iniciado las negociaciones para la venta de La Gran Fruta, la operación acaba de concretarse. Así, un grupo inversor peruano se hizo del 100% de las acciones de dicha cadena de juguerías de la familia Martínez Véliz.

Fernando López de Castilla, socio gerente del , que llevó a cabo la transacción de M&A (fusiones y adquisiciones), explicó que la venta fue rápida por el potencial y estabilidad de la marca.

Si bien mantuvo en reserva la identidad del grupo comprador, refirió que este tiene participación en diversos sectores en Perú y en el exterior, y buscaba diversificar sus inversiones incursionando en el rubro de alimentos y bebidas.

Ahora, el grupo expandirá la presencia de La Gran Fruta a nivel local e internacional.

“La Gran Fruta, como cualquier cadena de alimentos y bebidas con oferta de comida sana, enfocada en millennials, tiene potencial en muchos países latinoamericanos, principalmente Chile y Colombia, que miran las propuestas peruanas”, anotó.

En tanto, la familia Martínez Veliz seguirá participando en el sector gastronómico a través del chef Virgilio Martínez (dueño del restaurante Central), hijo de la expropietaria de La Gran Fruta, Blanca Véliz.

Más operaciones

Si bien la venta de la referida cadena sería una de las primeras realizadas en Perú a un grupo inversor local, cuyo valor no fue revelado, López de Castilla estimó que más operaciones de ese tipo se concretarán próximamente.

“En los siguientes tres años habrá un dinamismo nunca antes visto en M&A en el Perú y América Latina, hablando de transacciones típicamente de hasta US$ 10 millones”, proyectó.

Estrategia de crecimiento

Presencia. Considerada entre las pioneras del segmento de juguerías y sangucherías, La Gran Fruta llegó a tener 12 locales en Perú. Para ello, la cadena apostó por el formato de franquicia. Luego, en búsqueda de optimizar sus operaciones, redujo su tamaño a cuatro locales propios. Visto los retos financieros y de gestión que enfrentan las empresas familiares en una segunda fase de expansión, decidieron transferir el 100% del negocio.