Entre este y otros proyectos, IAG invertirá US$ 400 millones en combustibles más limpios durante los próximos 20 años. (Foto: Reuters)
Entre este y otros proyectos, IAG invertirá US$ 400 millones en combustibles más limpios durante los próximos 20 años. (Foto: Reuters)

La compañía aérea(BA) anunció una colaboración con la startup estadounidense LanzaJet para que algunos de sus aviones vuelen en el 2022 gracias a un combustible con menos efecto invernadero producido a partir del etanol.

British Airways, filial del grupo IAG que también es propietario de Iberia y Vueling entre otras, afirmó que va a invertir, una cantidad sin precisar, en esta joven empresa que pondrá en marcha este año la construcción en Estados Unidos de su primera fábrica de uso comercial.

Creada en el 2020, LanzaJet está especializada en un combustible para el transporte aéreo fabricado a partir de etanol -procedente sobre todo de residuos agrícolas- mezclado con gasolina, lo que lo hace menos contaminante.

El uso de este combustible supone una reducción de más de 70% de las emisiones de gases de efecto invernadero en comparación con el queroseno tradicional, lo que equivale a retirar 27,000 coches de gasolina y gasóleo de la carretera cada año, afirma BA.

El objetivo es comprar combustible a la LanzaJet, entre cuyos inversores se encuentran el conglomerado japonés Mitsui y la petrolera canadiense Suncor, para alimentar algunos de los aviones de su flota a partir de finales del 2022.

El acuerdo también prevé estudiar la posibilidad de construir una planta de producción en el Reino Unido.

Entre este y otros proyectos, IAG invertirá US$ 400 millones en combustibles más limpios durante los próximos 20 años.

“A pesar de la crisis mundial de la aviación, es crucial para nuestro futuro que sigamos abordando el cambio climático y seguimos decididos a poner de nuestra parte para reducir el impacto que tenemos en el planeta”, afirmó Sean Doyle, consejero delegado de BA.

Mientras tanto, la aerolínea afirma que ya está tomando medidas para reducir su huella de carbono utilizando aviones que consumen menos combustible o mediante mecanismos de compensación.

Estos últimos, muy criticados por las oenegés ecologistas, consisten en financiar proyectos verdes para equilibrar las emisiones.

Y a más largo plazo, la empresa está trabajando en soluciones tecnológicas como los aviones de hidrógeno no contaminantes y la captura de CO2.