Redacción Gestión

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(Bloomberg).- En momentos en que se encuentra un paso más cerca de declarar la mayor quiebra corporativa de España, los acreedores se encuentran ante la desagradable opción de abandonar sus tenencias o apostar a un eventual acuerdo con la empresa de energías renovables.

El dilema se desarrolla en los mercados. Los bonos de se contaron el miércoles entre los valores más negociados de Europa, y sus pagarés de 8.5% con vencimiento en marzo caían de 63 céntimos a 12 céntimos por euro, según datos que recopiló Bloomberg. La compañía pidió el jueves a los tenedores de bonos que formaran un comité para mantener negociaciones sobre la deuda.

"Muchos bonistas están vendiendo", dijo Stuart Stanley, un administrador de fondos de alto rendimiento de Invesco Asset Management Ltd. en Londres, que gestiona unos US$ 791,000 millones. "Si nadie da un paso al frente, ¿quién va a ayudar a Abengoa? La compañía necesita un salvador ya mismo".

Abengoa, que tiene sede en Sevilla y emplea a más de 24,000 personas alrededor del mundo, ha intentado tranquilizar a los inversores en el sentido de que puede generar suficiente dinero para pagar los intereses de una deuda bruta consolidada de alrededor de 9,000 millones de euros (US$ 9,600 millones).

La decisión de solicitar preconcurso ante los acreedores se tomó luego de que se interrumpieran las conversaciones con Gonvarri Corporación Financiera, una unidad del grupo industrial Corporación Gestamp, que había aceptado convertirse en el mayor accionista de Abengoa mediante la inyección de nuevos fondos.

Momento de comprar.Abengoa anunció en agosto un plan para incrementar su capital social a través de una emisión de acciones con derechos de subscripción preferentes y de la venta de activos, con el objetivo de contrarrestar un flujo de caja por debajo del esperado. La compañía reiteró sus objetivos al dar a conocer este mes un flujo de efectivo negativo y nueve meses de pérdidas.

El preoconcurso le proporciona a Abengoa algo de tiempo, al permitirle suspender los pagos por un máximo de cuatro meses, durante los cuales puede ngociar con los acreedores. Si Abengoa no llega a un acuerdo para fines de marzo, tendrá que iniciar el proceso de insolvencia. En España, más del 90% de las compañías que llegan a esa etapa termina en una liquidación, según la firma calificadora Axesor.

Abengoa no tendrá que pagar los vencimientos ni los intereses de deuda, y eso "interrumpirá momentáneamente" las salidas de capital, escribió el miércoles en una nota a clientes Maxime Kogge, un analista de crédito de Spread Research en Lyon, Francia. Abengoa tiene 331 millones de euros de deuda que vence en el cuarto trimestre y 1.100 millones de euros con vencimiento el año próximo, escribió.

La compañía tenía el miércoles vencimientos de por lo menos US$ 5.3 millones, según documentos de la Bolsa de Irlanda.

Fitch Ratings rebajó el miércoles cinco niveles la calificación de Abengoa, a CC, un punto en que considera que es probable un impago. Fitch dijo que la retirada de Gonvarri podría haberse debido a un financiamiento insuficiente por parte de los acreedores y bancos de Abengoa.

La deuda de Abengoa representa lo que sería la mayor quiebra empresarial de la historia española, escribió en una nota a clientes Felipe Villarroel, un administrador de dinero de TwentyFour Asset Management LLP en Londres.

"Ahora es inevitable una reestructuración", escribió Villarroel, que dijo que TwentyFour Asset Management tiene "una pequeña posición" en deuda de Abengoa. Agregó que la firma se inclina por conservar la exposición a Abengoa porque estima que la empresa sobrevivirá tras una reestructuración de la deuda.

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