La pandemia ha acelerado la adopción de plataformas digitales para facilitar la educación de manera remota. Una de las empresas reconocidas que ofrecen sistemas de gestión de aprendizaje es Blackboard, cuyo uso de su aula virtual a nivel global creció 4,800% durante el 2020.
En el país, centros de estudios como la Universidad del Pacífico (UP) y la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC) utilizan los servicios de Blackboard.
“Veo a Perú como un mercado emergente en términos de educación digital, que ha dado pasos agigantados en esta transformación y ha dejado atrasa la mentalidad tradicional para abrazar nuevas capacidades”, afirma Nancy Olmos, Client Experience Manager para Latinoamérica y El Caribe de Blackboard.
Desafíos regionales
Olmos también comenta los principales desafíos que las instituciones educativas han tenido que atravesar en medio de la emergencia sanitaria.
“Para algunas instituciones este ha sido el escenario perfecto para demostrar la fuerza y las capacidades que desarrollaron el año previo al invertir en los procesos de capacitación y cambio de cultura hacia una transformación digital en su comunidad, además de las inversiones hechas en tecnologías que permiten la continuidad en el aprendizaje”, indica
Otras, sin embargo, enfrentaron un reto mayor en distintos aspectos pues, comenta Olmos, había incertidumbre respecto de las estrategias a aplicar y deficiencias en cuanto a conectividad y equipos.
“Algunas instituciones estuvieron en la capacidad de iniciar sus periodos académicos de acuerdo con sus planes iniciales, algunas otras tuvieron que hacer una pausa para poder hacerlo, y algunas más tuvieron que relajar en cierta medida el rigor de sus procedimientos y políticas para dar oportunidad al despliegue de estos cambios”, comenta.
Preocupaciones
En la actualidad, tras un año de pandemia, aún existen brechas por cubrir en cuanto a la enseñanza remota en universidades.
“Una de la prioridades es la rendición de cuentas. Ahora, tras la experiencia de dos periodos académicos, las instituciones se preocupan por poder observar, medir y demostrar lo que sucede en los entornos remotos en términos de calidad del aprendizaje y la solidez y confiabilidad de las evaluaciones”, indica.
Además, según comenta la representante de Blackboard, han cobrado mayor relevancia identificar cuáles son las condiciones óptimas necesarias que soporten los entornos virtuales e incluso aspectos como prácticas de manejo de privacidad de la información de estudiantes, profesores y padres de familia.
De cara al futuro próximo, las instituciones también están centrando sus esfuerzos en generar las condiciones que les permitan ofrecer entornos distribuidos de aprendizaje.
“Es decir, entornos que permitan la interacción de profesores y alumnos presenciales con alumnos remotos en sincronía, asegurando la posibilidad de una participación e interacción activa entre todos para el desarrollo del aprendizaje”, indica.
Olmos agrega que es urgente construir escenarios flexibles que apoyen el desarrollo de la denominada nueva normalidad. “Y esto no solo implica el despliegue de infraestructura física y digital, sino también el desarrollo de las competencias necesarias para que los estudiantes y los profesores se desenvuelvan de forma exitosa en dichos entornos”, concluye.