Nintendo
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Por Tim Culpan (*)

Un mensaje importante que se puede rescatar de los resultados que y dieron a conocer el martes pasado es que los videojuegos de consola están vivitos y coleando.

Si bien ambas compañías informaron una debilidad en las ventas y envíos de los hardware de consolas –PS4 y Switch, respectivamente–, los ingresos y las ventas de unidades de software se mantuvieron sólidos.

Eso significa que los consumidores que compraron dispositivos durante el último año aproximadamente no están aburridos, y no se vieron atraídos a las plataformas de teléfonos inteligentes al punto que muchos temían.

Las nuevas versiones móviles de PUBG y Fortnite, ambas distribuidas por Tencent Holdings Ltd., provocaron temor de que los jugadores pasaran más tiempo en el omnipresente teléfono inteligente que en las consolas, más lujosas, pero menos convenientes. Ambos títulos son una especie de versión en videojuegos de la saga de Los Juegos del Hambre, y son adictivos (confesión: soy adicto a la versión móvil de PUBG).

Si los jugadores realmente están cambiando parte del tiempo que juegan en las consolas por tiempo jugando en teléfonos inteligentes, esto aún no se ve reflejado en los resultados de Sony y Nintendo.

Un indicador crucial para observar es la proporción de descargas digitales: en Sony, un 43% de todas las unidades de software de juegos completos se compró mediante descargas, la misma proporción que en el trimestre anterior y por sobre un año antes; en Nintendo, un 24.2% de las ventas de software de videojuegos fue digital, también sin cambios respecto del período anterior y sustancialmente más alto que en el mismo trimestre del 2017.

Si bien una ventaja de lo digital sobre lo físico es un costo de distribución relativamente bajo, el beneficio real proviene de eliminar la reticencia a gastar. Es más probable que los consumidores que se registran en una cuenta y conectan una tarjeta de crédito gasten por impulso. Ese es uno de los grandes beneficios de los juegos para teléfonos inteligentes, y que ha provocado la ira de los reguladores.

Dado que es probable que ambas compañías impulsen su promoción de servicios de suscripción –Sony con PlayStation Plus y Nintendo con Switch Online–, podríamos ver una mayor lealtad y tiempo en la plataforma. Esa lealtad puede ser la mayor ventaja competitiva que tienen las empresas contra la embestida de los juegos para teléfonos inteligentes.

(*) Esta columna no necesariamente refleja la opinión de la junta editorial o de Bloomberg LP y sus dueños.

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