(Reuters).- La elección del republicano Donald Trump como presidente de Estados Unidos es un nuevo elemento de presión sobre las automotrices y otras industrias que dependen del libre comercio con México, y aumenta el riesgo de que enfrenten costos más altos.

Las automotrices podrían también verse afectadas si la inestabilidad en los mercados financieros debilita la confianza de los consumidores en Estados Unidos y otros mercados importantes, en momentos en que el crecimiento en las ventas de automóviles se ha estancado.

Las acciones y el dólar cayeron tras la inesperada victoria de Trump. Los papeles de las automotrices japonesas, que también dependen de México como un polo de producción para el mercado estadounidense, también retrocedieron, con rendimientos por debajo del índice referencial Nikkei, que cedió 5%.

Los grupos y compañías industriales de Estados Unidos dijeron el miércoles que querían trabajar con el nuevo Gobierno.

"Esta elección deja en claro que los estadounidenses coinciden en que la industria manufacturera es la prioridad del país", dijo la Asociación Nacional de Industrias, un grupo comercial de Washington, D.C. que representa a unas 1,100 empresas. "Dependerá de nosotros canalizar ese entusiasmo hacia las políticas correctas", agregó. El grupo ha criticado al presidente Barack Obama por temas como normas laborales y salud.

La promesa de Trump de abandonar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y rechazar o renegociar otros acuerdos resonó en los votantes de estados industriales y unió a los obreros con sus críticas contra las automotrices que llevaron sus plantas a México.

El republicano amenazó con bloquear la apertura de una nueva planta de Ford Motor Co en México y amenazó con imponer aranceles a automóviles que las fábricas ingresaban por la frontera.

Pero implementar la agenda de Trump obligaría a los consumidores estadounidenses a pagar precios más altos por los vehículos, dijo Charles Chesbrough, economista senior y director ejecutivo de estrategia e investigación en Original Equipment Suppliers Association, un grupo comercial basado en Detroit.

"Sus políticas comerciales podrían sumar US$ 5,000 o más al precio de un automóvil pequeño de México", explicó.

TensiónVarias automotrices estadounidenses han destinado miles de millones de dólares a inversiones basadas en el comercio relativamente libre con México, China y otros países. General Motors Co dijo el miércoles en un comunicado que "espera trabajar con el presidente electo Trump y el nuevo Congreso sobre políticas que apoyen una industria estadounidense fuerte y competitiva".

También Ford, el segundo fabricante de automóviles más grande de Estados Unidos, dijo el miércoles que trabajará conjuntamente con el nuevo presidente electo. "Estamos de acuerdo con el señor Trump en que es realmente importante unir al país y esperamos trabajar juntos para apoyar el crecimiento económico y el empleo", dijo la portavoz Christin Baker.

Entre 1994 y el 2013, los puestos de trabajo en la industria automotriz estadounidense cayeron en un tercio mientras que los empleos en México aumentaron casi cinco veces en el mismo período, cuando la producción con mano de obra barata tuvo un auge.

México representa ahora un 20% de toda la producción de vehículos en América del Norte y ha atraído más de US$ 24,000 millones en inversiones en el sector desde el 2010, según el Centro de Investigación Automotriz, con sede en Ann Arbor.

Basado en los planes actuales de inversión, la capacidad de producción automotriz de México crecerá otro 50% en los próximos cinco años, estimó el centro, financiado por la industria automotriz.