Redacción Gestión

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Bloomberg.- En 2012, Shintaro Yamada tenía 34 años, estaba soltero y su trabajo lo frustraba. Entonces, renunció a un empleo cómodo en Tokio y salió a ver el mundo.

Él se propuso viajar barato e inmiscuirse con los nativos. Se quedaba en albergues juveniles sin agua caliente a US$ 5 la noche y viajaba de aventón en moto o subía a autobuses locales entre un destino y otro.

A lo largo de seis meses y veintitrés países, él recorrió la salina más grande del mundo en Bolivia, se quedó en la casa de un nómade al borde del desierto del Sahara, siguió a las tortugas de las Islas Galápagos y visitó el árbol en India donde Buda encontró el nirvana.

El viaje lo dejó determinado a fundar una empresa que permitiera conectar a personas de diferentes países. Observó que hasta las aldeas más pobres tenían celulares y que todos ansiaban tener tecnología para llegar al mundo.

Esto lo llevó a fundar Mercari, una página web de comercio electrónico para celulares que reúne a compradores y vendedores particulares y que este mes se transformó en la primera startup japonesa con un valor de por lo menos US$ 1,000 millones.

"Eso amplió mi mente, me hizo querer hacer algo que pudiera ser útil en cualquier parte del mundo", dijo Yamada, que ahora tiene 38 años, vestido con un buzo con capucha en la sede de la empresa en el centro de Tokio. "Empecé a pensar en una plataforma que permitiera a la gente intercambiar dinero, cosas o servicios desde sus smartphones".

UnicorniosAunque la tasación es un logro para Mercari, también resalta la escasez de grandes startups privadas en la tercera economía más grande del mundo. Existen 155 de los llamados unicornios en el mundo, según CB Insights.

Noventa y dos de ellos están en Estados Unidos; veinticinco, en China, y siete, en India. Japón sufre por la falta de capital riesgo y por una cultura reacia a los riesgos, donde los mejores se esfuerzan por conseguir empleos estables en grandes empresas y luego se quedan ahí toda la vida.

Yamada cree que el problema no es tan grave como podría parecer. Muchas empresas de tecnología en Japón pasan a cotizar en bolsa mucho antes de alcanzar la marca de US$ 1,000 millones porque el país cuenta con requisitos indulgentes para la cotización de empresas pequeñas con mucho crecimiento.

El mercado TSE Mothers exige tan sólo US$ 10 millones en valor de mercado y no tiene prerrequisitos de ingresos; las empresas que empiezan a cotizar en el Nasdaq, un índice con muchas compañías de tecnología, deben llegar a un valor de mercado de US$50 millones o registrar ganancias por US$750.000.

VentajaLa ventaja de Mercari es que está diseñada específicamente para celulares y permite que los individuos naveguen fácilmente entre artículos en venta o publiquen los suyos. La gente vende todo tipo de cosas, desde ropa y productos electrónicos hasta entradas para partidos de béisbol.

Si bien su perdurabilidad aún no fue puesta a prueba, la aplicación fue descargada 32 millones de veces y genera 10,000 millones de yenes (US$88 millones) en transacciones por mes, dijo Yamada. Mercari se queda con una tajada de cada venta.

Ahora, Yamada está ideando una estrategia para reforzar la presencia de Mercari en Estados Unidos, hogar de Amazon.com y EBay , los precursores de la industria.

El servicio está disponible allí desde septiembre de 2014 y fue descargado 7 millones de veces, pero es difícil retener a los usuarios. Para ganar terreno, Yamada eliminó la tarifa de 10% sobre las transacciones en el país y planea utilizar su capital riesgo para promocionarse en páginas de redes sociales, entre ellas Facebook.

"Si no lo hacemos nosotros, otro tomará el mercado estadounidense y terminaremos teniendo que enfrentar a ese otro en Japón", dijo él. "Este es un ejemplo de cuando la mejor defensa es un buen ataque".

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