Tras la incursión militar de Rusia en Ucrania, los mercados han reaccionado con alta volatilidad, incorporando presiones inflacionarias de corto plazo ante el incremento de los precios de las materias primas energéticas y, más aún, el efecto negativo que la situación representa para el crecimiento económico global. ¿Cómo podría impactar este nuevo panorama en las decisiones que vayan a tomar los bancos centrales?
“La guerra en Ucrania tendrá dos efectos contrapuestos en la economía global”, afirma Luis Falen, head de macroeconomía en Inteligo. Por un lado, señala que la guerra hará subir los precios de la energía y, muy probablemente, también los precios de los alimentos, lo que impulsará la inflación en todo el mundo. “Si bien este shock en el nivel de precios hará que la inflación aumente temporalmente, los bancos centrales estarán preocupados por la posibilidad de que la inflación permanezca elevada o aumente aún más, lo que los alentaría a endurecer la política monetaria más rápidamente que de otra manera”, explica.
Sin embargo, por otro lado, los precios más altos tendrían un impacto negativo en el poder adquisitivo de los consumidores y aumentarán los costos de producción para las empresas, lo que ralentizaría la economía. “Para mitigar estos efectos, normalmente se justificaría una política monetaria más expansiva”, apunta Falen.
¿Cuál será el efecto que prevalecerá?
“La forma en que los bancos centrales responderán dependerá de la medida en que los precios suban debido a estos acontecimientos y durante cuánto tiempo se mantendrán altos. Esto no está claro en la actualidad”, señala Falen. Por lo tanto, los bancos centrales harán poco a corto plazo, centrándose en comprender los datos macroeconómicos entrantes y evaluar cómo ha cambiado la inflación global y las perspectivas del ciclo económico. “Es poco probable que adopten nuevas iniciativas de política monetaria antes de haber completado esta evaluación”, resalta el economista.
La guerra en Ucrania ha animado a los participantes del mercado a revisar a la baja sus perspectivas para la política monetaria de Estados Unidos. En la observación más reciente, los participantes del mercado asignaron una probabilidad del 76% de un aumento de la tasa de fondos federales de 25 puntos básicos en la reunión de marzo y una probabilidad del 24% de un aumento de 50 puntos básicos. Sin embargo, hacia diciembre no se ven mayores cambios en las expectativas del mercado. Esto sugiere, avisora Falen, que no se espera que la guerra en Ucrania afecte la política de la Fed en ese horizonte.
“Toda esta situación implica que el escenario será aún más complejo para la política monetaria, especialmente para la Reserva Federal. Por ahora no incorporamos un cambio súbito en la postura de retiro de estímulo de la Fed, aunque habrá que monitorear de cerca los recientes acontecimientos y su impacto en los mercados financieros. Todo dependerá de la duración y la intensidad del escalamiento del conflicto geopolítico”, considera Falen.