Redacción Gestión

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Los precios al consumidor de permanecieron estables en junio gracias a una baja de la gasolina, ofreciendo algo de alivio a los consumidores y dando margen a la para hacer más expansiva su política monetaria con miras a dar un impulso a la economía.

La lectura de junio estuvo justo en línea con lo esperado por los analistas consultados por Reuters tras la caída del 0.3% vista en mayo.

Si se excluyen los rubros volátiles de los alimentos y la energía, el índice subió un 0.2%, dijo el martes el Gobierno. Se trata del cuarto mes consecutivo en que esta medición aumenta un 0.2% en la .

La economía estadounidense creció un magro 1.9% anual en el primer trimestre y las proyecciones para el segundo apuntan a un ritmo incluso más débil del 1.5%.

La inflación de junio fue contenida por una baja del 2.0% en el precio de la gasolina, que compensó el alza del 0.2% en el valor de los alimentos.

El precio de la gasolina en el surtidor ha caído unos 53 centavos desde su máximo superior a los 4 dólares por galón alcanzado en abril, lo cual da un respiro a los presupuestos familiares en medio de un estancamiento de los salarios.

En términos anuales, la inflación minorista acumuló una tasa del 1.7%, levemente por encima del 1.6% esperado en un sondeo de Reuters, aunque el mismo ritmo visto en mayo.

Los precios a nivel subyacente, que excluyen la energía y los alimentos, fueron impulsados por un alza del 0.5% en el precio de la ropa, mientras que los precios de los autos nuevos aumentaron un 0.2%.

Los precios de los autos y camiones usados permanecieron estables tras tres meses de fuertes incrementos.

En los 12 meses a junio, el índice subyacente subió un 2.2% luego de aumentar un 2.3% en mayo. Esta medición ha repuntado tras haber tocado mínimos del 0.6% en octubre. La Fed apunta a un nivel del 2%.