Redacción Gestión

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TAREA PENDIENTE. El impasse generado en torno a la exportación de paltas peruanas a Chile se solucionó rápidamente. Es otra prueba de la madurez con que se están llevando las relaciones económicas –y políticas– entre nuestro país y el . Pero esta experiencia no debe ser considerada como un factor común del , pues a medida que el intercambio de bienes y servicios se liberaliza, entran a tallar otras formas de protección: las llamadas barreras paraarancelarias.

Y los otros países y bloques no responderán necesariamente tan rápida y positivamente como lo han hecho las autoridades chilenas. Por ello, es imprescindible que el Gobierno entienda que su política comercial tiene que prestarle atención a la resolución de controversias. No nos referimos a lo que está redactado en los tratados comerciales, sino a la actuación efectiva en casos en que los productos peruanos enfrenten obstáculos para ingresar a algún mercado.

En ese sentido, el caso de es doblemente sensible: primero, porque a pesar de la crisis en nuestros principales mercados, los envíos de estos productos se mantienen en azul y, en segundo lugar, porque la mayoría de países adopta posiciones proteccionistas con marcado sesgo en su agricultura, lo que pone en riesgo permanente cualquier cosecha cuyo destino sea el extranjero.

Y pese a la relevancia de este sector, la debilidad institucional y estructural que exhibe el Perú es alarmante. Nuestra posición negociadora estará en desventaja si las entidades certificadoras y supervisoras locales no poseen el peso ni la experiencia técnica necesarios para lidiar con sus contrapartes foráneas. El (Senasa) parece estancado y huérfano de recursos profesionales y económicos, y aunque esta agencia fue mencionada en el famoso paquete pro exportador de junio del 2012, poco se sabe de los avances que supuestamente se pusieron en marcha.

La parte estructural también requiere inmensas mejoras. Por ejemplo, más de diez productos agrícolas con potencial no logran despegar porque no cuentan con rutas de acceso modernas a los puertos de embarque. Ojo que no todos los países serán tan comprensivos ni asertivos como Chile.