Redacción Gestión

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RECUPERACIÓN. Mucho se ha discutido en nuestros medios acerca del rol de la inversión privada y la confianza empresarial en la reciente desaceleración de nuestra economía. Pero, por algún motivo (sin restarles importancia a estos temas), muy poco se ha hablado acerca de las exportaciones las no mineras, por lo menos.

El mundo, que es finalmente el que consume las , pasó de crecer un 3.2% en el 2012 a un estimado de 2.9% para el 2013. Principalmente, por la performance debajo de las expectativas de las economías avanzadas (Estados Unidos y la zona euro) y de China, país del cual las predicciones se fueron corrigiendo hacia la baja a lo largo del último año. En octubre del 2012 se preveía un crecimiento de 3.6%, en abril uno de 3.3%, y ahora se estima una expansión de 2.9% para la economía mundial.

Por el lado de la oferta, además, la desafortunada presencia del fenómeno de La Niña junto con una serie de factores climáticos y plagas que afectaron a los productos agrícolas mermaron el crecimiento de los sectores pesca y agropecuario.

Como resultado, en el primer semestre del año nuestra registró la primera cifra en rojo en once años. Las exportaciones, que crecieron en casi 5% el año pasado, este año todo indica se contraerán alrededor del 2%. Gran parte de la explicación de por qué este año creceremos alrededor del 5% en vez del 6% o 7% proviene de esta diferencia.

Pero, por suerte, a futuro todo parece verse mejor. Las exportaciones han repuntado en los últimos meses y la economía mundial espera afianzarse el próximo año con un crecimiento cercano al 4%. En ese sentido, debería tranquilizarnos el acuerdo aunque solo patee el problema hacia adelante logrado en Estados Unidos para acabar con la parálisis fiscal y evitar el default de la deuda soberana.

La estabilidad de uno de nuestros socios comerciales más importantes no puede ser, pues, una mala noticia. Aun cuando el retiro del estímulo monetario de esté condicionado a su recuperación económica. Las condiciones de financiamiento más ajustadas que pueden resultar del ajuste monetario estadounidense se verían compensadas por la mayor clientela para nuestros productos. Clientela que debería seguir creciendo con la eventual recuperación de Europa.