En la primera edición de Gestión se escribió: “¿Qué pasó en 1990? ¿Qué nos espera para 1991? Ambas interrogantes representan una justificada inquietud, viviendo en un país donde la situación económica y política presenta tantas y tan veloces modificaciones, muestra tantas aristas y da lugar a tantas interpretaciones". Hoy, después de 30 años, siete presidentes, cambios radicales en la economía y otros tantos en la política, ¿cuál ha sido la ruta que ha transitado el Perú en las últimas tres décadas?
Después de caer por tres años consecutivos (1988, 1989 y 1990), la economía peruana salió de terreno negativo en 1991 (2.2%), en medio de un shock económico. Esto mostró dos caras de la moneda: se registró un alto costo social (aumentó la pobreza y la pobreza extrema), pero la economía empezó a estabilizarse (la inflación empezó a decrecer y el PBI subió). Sin embargo, hacia los 2000 -en medio de una coyuntura política incierta- la economía volvió a deteriorarse.
Aún así, entre 2001 y 2006, el PBI creció 4.8% como promedio anual como consecuencia de un contexto externo que fue muy favorable debido al boom del precio de los metales asociado al crecimiento de China. Y, durante el 2006 al 2011, la economía se expandió, como promedio anual, 6.9%, también como resultado -en parte- de la continuación del auge económico externo.
Pero en los años posteriores se logró un crecimiento entre el 2011 y 2016 de 4.2% como promedio anual, lo que se explicó porque en esos años, el entorno económico externo cambió y comenzó la desaceleración económica mundial. En esta línea, fue que el PBI primario -más vinculado al contexto internacional- creciera a menores tasas.
Ahora, y tras la última gran crisis del mundo que fue de índole financiero (2008 - 2009), todos los países se enfrentan a una nueva crisis, esta vez sanitaria (pandemia del covid-19), que no solo ha impactado negativamente en la salud de las personas, sino también en su economía. Bajo este paraguas, en el 2020, el PBI peruano caería 12.7%, según proyección del BCR, lo que representa su peor resultado en los últimos 100 años.
Además del PBI, ¿qué otras variables reflejan el camino recorrido en los últimos 30 años?
Desde el contexto externo, el débil resultado de la economía internacional no nos habría golpeado tanto como se esperaba considerando la coyuntura actual. Los precios de exportaciones -términos de intercambio- no se han caído como en otras crisis, y más bien han subido porque el precio del petróleo se contrajo fuertemente (Perú importa este commodity).
En el contexto interno, la demanda interna también ha tenido altibajos en estos 30 años. Pero, este año registraría su peor resultado, lo que también implica que el consumo y la inversión privada se deteriorarán. En el caso del lado público, a pesar que debería ser el principal motor, la inversión estatal aún está en terreno negativo -pero desacelera su caída mes tras mes-; aún así el consumo público sí registrará un incremento, vinculado al mayor gasto en el marco de la pandemia del covid-19.
Los ingresos tributarios son otro indicador que no puede dejarse de lado, entendiendo que estos recursos sostienen -en parte- el presupuesto para hacer obras y servicios.
Desde el Ministerio de Economía (MEF) -y también analistas y consultoras- han señalado que este año los ingresos del país serían menores a los del 2019 explicado principalmente por el impacto en las empresas y familias durante el aislamiento social obligatorio (cuarentena). Justamente, el proyecto de presupuesto para el año fiscal 2021 se enfocó en las funciones de Salud y Educación, pero ha “quitado” dinero a otras carteras.
Y, con más gastos que realizarse y menos ingresos que recibir, el déficit fiscal de 2020 se proyecta en 9.2% del PBI, dejando atrás las reglas fiscales (que buscan converger a 1% del PBI) y colocándose como el mayor déficit de estas tres décadas, solo similar a lo registrado en 1990 (déficit fiscal de 8.9% del PBI).
La inflación
Un “hito” en la historia económica del Perú tuvo lugar en 1990: la inflación registrada fue 7,649.6%; de hecho ya venía creciendo a un ritmo acelerado los años previos (en 1988 fue 1,722.3% y en 1989 se alcanzó 2,775%). Treinta años después de este suceso, parece impensable que el Índice de Precios al Consumidor salga del rango meta del BCR (entre 1% y 3%), tal es así que hace mucho tiempo dejó de generar zozobra su resultado anual. Y para el 2020, el banco proyectó que los precios crecerían solo 0.8% respecto del 2019.
La pobreza y desigualdad
Si bien el Perú ha caminado en la reducción de la pobreza y la desigualdad en los últimos años -se podría discutir el ritmo de este avance-, en el 2020 se revertirá la tendencia positiva y el resultado será empujado hacia atrás por la pandemia -y las medidas para mitigarla- hasta alcanzar niveles de años pasados.