La llegada de Viva Air al mercado aeronáutico del Perú permitió el aterrizaje del concepto low cost en la mente de los consumidores peruanos desde fines del 2016 pero hasta el momento no se ha concretado el arribo de alguna nueva aerolínea bajo esta modalidad, ¿por qué?

Christophe De Greift, director general de la consultora Real Time Management (RTM), precisó que el concepto de low cost es nuevo en Perú pero en realidad tiene entre 20 y 30 años en la industria aeronáutica mundial, iniciándose en mercados como Estados Unidos y Europa.

"Reducir el costo (de los vuelos) a la mitad es un tema que mucha gente recibe con bastante acogida y los niveles de penetración más altos están en Europa, estamos hablando de un 40% de penetración de los vuelos low cost del total de los pasajeros en avión", aseveró.

Mientras que la penetración en Estados Unidos es ligeramente inferior, con más de 30%, pero está en un crecimiento constante.

"En el Perú yo creo que esto va a ser positivo para el viajero peruano o sudamericano en general. Esto va a ser una evolución, más no una revolución y es que hemos visto que las aerolíneas que conocemos han adoptado algunas características del modelo low cost, han reducido el servicio a bordo, en temas como la alimentación", explicó.

En diálogo con Gestion.pe, explicó que el ingreso de Viva Air al Perú permitió la aparición de tarifas bajas pero lo nuevo para el consumidor peruano es que ahora tiene que pagar montos adicionales si requiere de otros servicios (más maletas en bodega, elección de asientos, cambio de asientos, entre otros).

"Dada la experiencia a nivel mundial, esto es cuestión de que el consumidor se acostumbre y debido a lo atractivo del precio yo creo que se va a acostumbrar, por lo menos una buena parte del mercado", detalló.

El especialista calculó que este proceso de acostumbrarse al servicio low cost puede demorar entre uno y dos años, aunque eso dependerá de la labor que hagan las aerolíneas de educar al público sobre el servicio para evitar futuras quejas.

ObstáculosDe Greift advirtió que el Perú no podrá experimentar una revolución del mercado low cost debido a que existen "obstáculos serios" para lograr una mayor penetración de los vuelos low cost.

"Para mí hay dos principales, la primera es la infraestructura, principalmente en el Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, que puede ser un excelente aeropuerto en cuanto a nivel de servicio, ha ganado muchos premios, sin embargo está muy saturado, especialmente en horas de la mañana", subrayó.

Justamente puntualizó que las aerolíneas low cost buscan eficiencia en los espacios aeronáuticos y eso no se consigue en el aeropuerto Jorge Chávez.

"La ampliación, que parece estar desbloqueándose, no será una realidad antes del 2023", añadió.

El segundo obstáculo es lograr una sustitución de los viajes por bus interprovincial por los vuelos low cost, aunque en el Perú esos vuelos están gravados con el IGV, algo que no ocurre con los pasajes terrestres.

"Esa diferencia importante de casi 20% hace que la migración del bus hacia el avión no sea tan rápido, porque ese costo es relevante", añadió.

En ese sentido, manifestó que una solución de corto plazo pero nada simple es habilitar más espacio físico en el Jorge Chávez o habilitar un aeropuerto complementario en Lima, como la base aérea Las Palmas.