La industria conservera y de congelados destinada pasó por dificultades en el 2020 debido a alteraciones oceanográficas (salinidad y oxigenación del agua) lo cual provocó escases de plancton y alejamiento de peses en litoral dificultando la captura.
El año pasado, la exportación de pesca cerró en US$ 1,279 millones representando una caída de 19.6% con relación al 2019. Asimismo, se perdieron 35,105 puestos de trabajo (entre directos, indirectos e inducidos) ligados a este sector (-17.8%) con respecto al año anterior, informó el Comité de Pesca y Acuicultura de la Asociación de Exportadores (ADEX).
Para este año, las anomalías oceanográficas se vienen normalizando, señala Carlos Milanovitch, gerente general de la empresa pesquera Dexim a Gestión.pe. Ello ha provocado una mayor disponibilidad de especies como la pota, la merluza, el perico, la caballa y el bonito, que se vienen procesando en las plantas de congelado para enviar a diferentes mercados del exterior.
“Están mejorando las capturas y obteniendo mayores volúmenes de especies. Pero, tenemos un problema serio debido a que el 80% de clientes que compra pescado congelado son cadenas muy grandes de hoteles, distribuidores y restaurantes que han disminuido su actividad a menos del 20% en diferentes partes del mundo”, explicó el empresario.
La actividad hotelera y de restaurantes está muy reducida por la pandemia. Ello ha impactado en el sector. Al haber más oferta y menos demanda por la crisis, los precios han disminuido. “Eso hace que los precios de los productos puedan reducirse en un 20%”, manifestó. “Esperamos que el 2021 haya un incremento de las especies al alcance de las capturas, que implica aumentar la producción en un 20% hasta 30%”, añadió.
El 90% de pesca congelada que se produce en Perú se destina a la exportación. El calamar gigante, conocido como pota se vende casi exclusivamente en el mercado asiático. Corea del Sur, China, Japón y Vietnam son sus principales destinos.
El perico (mahi-mahi) es muy apreciado en Estados Unidos. Según Adex incrementó sus despachos en 36.8%. También está la Merluza que se vende principalmente en Europa (Francia, Polonia, Inglaterra y Rusia).
“El pescado congelado conserva sus beneficios y propiedades a diferencia del fresco que se consume en Lima. Este llega del norte y pueden pasar seis, siete hasta diez días de haber sido capturado para la venta final”, sostuvo Milanovitch.
Certificación
Otra de las dificultades que tiene el sector, según el empresario, es el otorgamiento de certificados por parte del Organismo Nacional de Sanidad Pesquera (Sanipes), el cual puede demorar entre quince a veinte días con el contenedor lleno de la mercadería.
“Estamos en mejores condiciones que antes, pero todavía faltan superar problemas. Para recibir un certificado demoramos entre quince a veinte días con el contenedor listo. En Chile y Ecuador, este proceso dura uno o dos días. Allá la entidad sanitaria ha inspeccionado a las plantas y las autoriza. Ya no se requiere hacer la tramitación para demostrar que su producto está en buenas condiciones”, afirmó.
A ello se suma que el precio del flete se ha incrementado, provocando que exista un costo extra que complica también la venta, sumada a la poca demanda existente.
Apoyo a comunidad
Por otro lado, el empresario dijo que 90% de la mano de obra del empleo del sector pesquero están concentrados en la industria congelados y conserveras. Por ello, esperan que la situación mejore para continuar brindando puestos de trabajo.
Asimismo, la empresa ubicada en el puerto de Paita (Piura), ha decidido instalar una planta productora de Oxigeno Medicinal para distribuirlo al costo en la comunidad y centenares de distritos aledaños.
Esta planta produce 900 metros cúbicos de Oxígeno Medicinal al día, y se entregó a la comunidad al precio de costo de once soles el metro cubico, durante las 24 horas del día, incluyendo domingos y feriados. Milanovitch agregó que se requiere 3,000 metros cúbicos diarios de oxígeno para abastecer a la población de Paita y alrededores.