(EFE).- La Defensoría del Pueblo de Perú exigió una estrategia gubernamental para contrarrestar los de crudo del Oleoducto Norperuano, que suele sufrir cortes en su estructura, por el riesgo para la salud de los pobladores y la contaminación del medioambiente en la Amazonía del país.

El pasado 28 de febrero, el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) reportó un nuevo a la altura del kilómetro 20 del Tramo 1 del oleoducto, cerca de la comunidad nativa de San Pedro, en el municipio de Urarinas, en la región amazónica de Loreto.

La Defensoría del Pueblo afirmó que el Ministerio de Energía y Minas y el Ministerio del Ambiente deben "dirigir una estrategia de prevención de cortes intencionales al Oleoducto Norperuano, a fin de evitar que continúen produciéndose los daños ambientales a nuestra Amazonía", a través de un comunicado.

Recordó que la población afectada en su salud por la exposición a la contaminación requiere una atención especializada.

En ese sentido, saludó la conformación de la comisión encargada de elaborar la Política Nacional para la atención integral de las personas expuestas a metales pesados, metaloides y sustancias químicas.

La Defensoría lamentó que la empresa estatal Petroperú, operadora del ducto, no haya cumplido con adecuar las actividades de transporte de hidrocarburos por ductos, a pesar que la norma que lo establece tiene más de diez años de antigüedad.

Asimismo, indicó que ha solicitado al Ministerio Público que investigue los delitos asociados a los continuos ataques al oleoducto, teniendo en consideración que en los últimos cinco años se han incrementado significativamente, y estimó que llegan al centenar de incidentes.

Técnicos del OEFA se encuentran en la zona afectada por el último para supervisar las acciones emprendidas por la compañía para reparar la fuga y recoger el crudo vertido al medioambiente.

Los derrames de petróleo en la Amazonía peruana son habituales y suelen afectar a los ríos que miles de nativos utilizan para beber, bañarse y pescar, como ocurrió en 2016 cuando una sucesión de más de diez vertidos por fugas en el Oleoducto Norperuano obligó a mantener esa instalación paralizada durante cerca de un año.

El oleoducto transporta el crudo extraído de los pozos perforados en la selva amazónica hasta el terminal portuario de Bayóvar, en el océano Pacífico a lo largo de un trayecto de 854 kilómetros de tuberías que atraviesan el territorio peruano y cruzan la cordillera de los Andes.