(Foto: Reuters)
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El elevado nivel de endeudamiento de China y un exceso de confianza figuraron hoy como los mayores retos para el sector financiero, que antes de dejar definitivamente atrás la crisis se pregunta si está preparado para hacer frente a nuevos desequilibrios.

Los principales ejecutivos de algunas de las mayores entidades financieras del mundo destacaron en la localidad suiza de Davos el paralelismo entre unos mercados bursátiles claramente al alza y la euforia de los años previos a la crisis, con los inversores recelosos ante inevitables subidas de tipos.

En el debate participaron directivos de Citigroup, Barclays, The Carlyle Group, M&G Inversiones, el vicepresidente del supervisor bursátil chino, Fang Xinghai, y el profesor de la Universidad de Harvard Kenneth Rogoff, y sobre ello también habló hoy en Davos el consejero delegado de Société Générale.

La situación real de China preocupa al sector financiero, que ve la enorme deuda que acumula el gigante asiático no como un "cisne negro" imposible de prever, sino como un "rinoceronte gris" al que todo el mundo ve, pero al que nadie se atreve a acercarse.

El economista estadounidense y profesor de Harvard Kenneth Rogoff fue el primero en advertir sobre el elevado endeudamiento de China, que podría ser el preludio de otra crisis financiera, cuando "todavía colea" la última.

Además, los bancos centrales "no tienen siquiera un plan A" para hacer frente a un nuevo desplome de los mercados, añadió Rogoff, con lo que coincidió Anne Richards, directora general de M&G Inversiones.

El vicepresidente del supervisor bursátil chino admitió que la deuda de su país es muy alta y también la calificó de "rinoceronte gris", algo enorme que todo el mundo tiene delante, pero de lo que nadie quiere ocuparse.

No obstante, señaló que dicho nivel de deuda se ha estabilizado y descartó que China vaya a vivir algún tipo de burbuja.

Tampoco se mostró excesivamente preocupado el consejero delegado de Barclays Jes Staley, quien manifestó que los bancos se encuentran ahora en una posición completamente diferente de la que estaban en 2008, aunque admitió que los niveles de endeudamiento -no sólo en China- son aún muy altos y "los mercados van a ser puestos a prueba".

Staley reconoció que el sentimiento que percibe ahora es parecido "al de 2006, cuando estábamos convencidos de que nunca podría ocurrir lo que luego pasó en los años siguientes".

Para el consejero delegado de Citigroup Michael Corbat, los bancos están efectivamente en mejor situación que hace diez años, fundamentalmente porque han optado por dedicarse al ámbito que mejor conocen, antes "lo querían todo" y ahora han apostado por consolidar su modelo de negocio.

Sobre el mismo tema se pronunció hoy el consejero delegado de Société Générale Frederic Oudea, quien en una entrevista con Bloomberg TV explicó que la consolidación del sector será una realidad en Europa en menos de una década.

Aunque el hecho de que haya un menor número de entidades no significa que la preponderancia de los estadounidenses sea total, es preciso que los mercados de capital europeos profundicen en la unión bancaria, para no estar dominados "por un puñado de bancos de inversión de Estados Unidos", consideró.

Ello, añadió, conllevaría un excesivo nivel de riesgo para los clientes.

El que sí alertó sobre el exceso de confianza fue el cofundador y consejero delegado de The Carlyle Group David Rubenstein, quien opinó que, "cuando todo el mundo está tan tranquilo, es el momento de preocuparse".

Aunque descartó que se esté ante una nueva recesión, sí advirtió sobre "cisnes negros", acontecimientos imposibles de prever como conflictos territoriales o epidemias globales.

Es más difícil anticipar cuándo llegará una crisis que hacerse rico con ella, agregó, a lo que el representante chino replicó que "el que crea que va a hacer dinero si hay una crisis en China se equivoca".

En China, explicó, cualquier "burbuja" afectaría al conjunto de la economía del país y, por lo tanto, al resto del mundo. EFE

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