El anuncio de la presidenta del Consejo de Ministros, Violeta Bermúdez, de que la cuarentena focalizada ya no continuará en marzo en las zonas de riesgo extremo y que se volverá a permitir determinadas actividades comerciales con aforos reducidos, no cambia sustancialmente la dinámica de la actividad económica.
Hay 24 provincias del país que son consideradas con un nivel extremo, entre las que se incluye Lima Metropolitana. En estas zonas, desde el 1 de marzo, los centros comerciales, galerías, conglomerados y tiendas por departamento podrán reabrir pero con un aforo de solo 20%.
Igualmente los restaurantes y afines, pero con un aforo de 30% siempre y cuando estén al aire libre, pero mantendrán el delivery, mientras que las peluquerías, barberías y otros atenderán con un 40% de aforo, previa cita, entre otras actividades.
“El costo beneficio entre el tema sanitario y el económico ya se estaba inclinando en contra del económico de manera importante. Flexibilizar las restricciones y mantenerla focalizada es positivo. Le da un poquito, no mucho, espacio a la economía”, explicó el exministro de Economía y Finanzas, Alfredo Thorne.
Impacto
En el BBVA Research hicieron un ejercicio en el que calcularon el impacto sobre la economía si es que se mantenía la cuarentena focalizada durante seis semanas, es decir hasta la quincena de marzo, plazo en que terminarán las últimas medidas anunciadas por el Gobierno.
“Asumiendo que la cuarentena dura seis semanas, que las medidas fiscales como el otorgamiento de un nuevo bono y de facilidades de crédito para las mypes realmente se despliegan, nos salía que ese efecto nos podría costar un punto de crecimiento, aproximadamente”, explicó el economista jefe de la entidad mencionada, Hugo Perea.
Si bien en el análisis se asume que la cuarentena se extendería, el hecho que esto no ocurra y que ahora se permitan actividades con aforos reducidos no cambia en gran medida impacto calculado. “En la medida que se han reabierto algunas actividades, el impacto podría ser algo menor, está dentro del margen de error”, añadió el economista.
La pata coja
Para el exministro Thorne, las medidas de restricción que se anunciaron desde el Gobierno tienen una “pata coja”. Y es que considera que el apoyo fiscal que se viene otorgando al sector privado, como los bonos o los créditos con garantía del Estado, aún es muy “tímido”. “Si hay un área donde nos podríamos sorprender del lado negativo, yo diría que es en la falta de apoyo al sector privado como un todo: consumo e inversión privada”, afirmó.
Recordó que el año pasado el apoyo al consumo y la inversión fue sustancial, ya que solo Reactiva Perú fue cerca de 9% del PBI y eso se suma los retiros de las AFP y otras facilidades de liquidez como el retiro de la CTS, que fueron otros seis puntos del PBI.
“A la hora que hagamos la comparación año con año, ahora esos apoyos no existen”, precisó el exministro de Economía y Finanzas.
Sin salvaguardias y sin respuestas
Confecciones. Durante la conferencia de prensa que dieron ayer los ministros para explicar las nuevas medidas para afrontar la pandemia, una de las preguntas concretas quedó sin responder: por qué el Gobierno decidió no aplicar salvaguardias a las importaciones de confecciones procedentes de China y Bangladesh. La pregunta fue dirigida a la presidenta del Consejo de Ministros, Violeta Bermúdez. Indecopi había recomendado al Gobierno aplicar salvaguardias a los productos mencionados, ya que, en su análisis, consideraban que están afectando a los productores nacionales.

Situación externa puede compensar el crecimiento
El economista jefe del BBVA Research, Hugo Perea, destacó que si bien el impacto de las restricciones le restará crecimiento al PBI, esto podría ser compensado por la situación en el exterior.
Uno de ellos es el estímulo fiscal de Estados Unidos que se aprobaría en el Gobierno de Biden, que sería mucho más vigoroso y agresivo del que se anticipaba en enero. Se habla de unos US$ 1.9 billones, lo que haría que este país crezca más y aumente su demanda de productos peruanos.
Adicionalmente, se tiene que el precio del cobre está por encima de US$ 4 la libra, que no se veía hace más de 10 años y que permitirá un mayor crecimiento de las exportaciones de minerales. Esta situación ya la había anticipado el presidente del Banco Central de Reserva (BCR), Julio Velarde.