La confirmación de un rebrote de contagios por COVID-19 a fines del año 2020 por parte de la titular del Ministerio de Salud (Minsa), Pilar Mazzeti, puso en alerta de lo que será este 2021.
Así, cada día aumenta las cifras de contagios, hospitalizaciones y falta de camas UCI. De acuerdo a datos del Minsa, al 2 de enero se han reportado 1,341 casos confirmados en las últimas 24 horas y 5,452 hospitalizados, lo que refleja una tendencia al alza. De igual manera, hasta ayer, el portal Open COVID Perú registró que en Lima Metropolitana un total 36 hospitales ya no contaban con camas UCI. A nivel global, son 1′019,475 casos confirmados en el Perú.
A estas cifras se suma una nueva alerta: la presencia de las variantes del coronavirus del Reino Unido o de Sudáfrica. El Minsa indicó que, a fin de descartar la presencia del virus, se viene realizando pruebas moleculares a los pasajeros provenientes del exterior. Como resultado, hasta ayer fueron ocho pasajeros los que dieron positivo al COVID-19.
El Colegio Médico del Perú alertó ayer que actualmente hay tres regiones del país que ya se encuentran en segunda ola de contagios de coronavirus: Lima, Lambayeque y Piura.
Frente a este escenario, surge las dudas sobre qué medidas económicas debería adoptar el Gobierno. Gestión.pe conversó con tres economistas para conocer algunas de esas medidas.
Jorge González Izquierdo, docente de Economía de la Universidad del Pacífico
Lo primero que se debe tener claro es gastar lo necesario para poner bajo control la pandemia hasta que llegue la vacuna al país. Ahí no se tiene que mirar si aumenta o se reduce el déficit fiscal.
Esto incluye la entrega de bonos adicionales. El Gobierno todavía tiene ahorros propios y todavía puede endeudarse tranquilamente por unos 2 a 3 puntos adicionales del PBI.
En segundo lugar, no se debería dar permiso de operación a las actividades de alto riesgo de contagio tales como los centros comerciales, restaurantes y gimnasios. Si bien ahora hay un aforo del 40%, eso no se cumple en Lima y tampoco en provincias porque no hay capacidad de fiscalización a nivel nacional. Eso se incumple en la gran mayoría de casos.
De producirse un rebrote fuerte, se tiene que regresar a las medidas de restricción focalizadas (cuarentena), no a nivel Perú.
En cuarto lugar, diseñar e implementar a nivel nacional un sistema que contenga tres pilares, un sistema de detención temprana, seguimiento y confinamiento de las personas que han sido detectadas y la gente a su alrededor. Ese sistema no existe en Perú y existe en varios países de Europa.
Alonso Segura, ex ministro de Economía
Primero tenemos que preguntarnos sobre qué es lo que se ha avanzado en gestión público en términos de prepararnos para mitigar la probabilidad de una segunda ola. Por ejemplo, si tenemos pruebas en la cantidad suficiente como para poder realizar a la población. La respuesta es no. Otra pregunta es saber si tenemos capacidad para realizar estudios de identificación de la población que ya ha sido contagiada o estudios territoriales para identificar focos, y la respuesta es no.
En tercer lugar están las vacunas, que como vemos están muy lejanas. Dependemos, más que otros países, en los próximos meses de adoptar las estrategias que no se implementaron correctamente cuando llegó la primera ola. La pregunta es si en nueve meses nos hemos preparado y hemos aprendido algo. Son preguntas para las autoridades.
Lo pongo en términos de preguntas porque si no tenemos claro esos elementos, es muy difícil implementar una estrategia coherente para evitar la subida (de contagios). Y creo que como no se tiene nada de lo anterior, por eso es que estamos viendo este tipo de decisiones. Como por ejemplo, abrir vuelos internacionales y ahora piden cuarentena para todos los que lleguen de viajes internacionales. Entonces tienes marchas y contramarchas.
En términos de actividades económicas, espero que ya haya un poco más de conocimiento sobre los protocolos y debería haber fiscalización. Que sean protocolos razonables para que las actividades económicas puedan desenvolverse de la mejor manera. Aunque eso es un país informal es complicado.
La decisión de cerrar todas las actividades económicas lo debe tener el Gobierno. Idealmente se debería haber preparado para evitar que eso ocurra. Todo comienza en que el nuevo Gobierno marque distancia del anterior y sincere la información (vacunas, camas UCI, etc) porque si uno está a ciegas ve medidas que no son coherentes. Lo cierto es que la economía está recién saliendo sin negativo, la data del PBI es bastante mejor que la data de empleo . La salud financiera de las empresas también se van a seguir deteriorando, no solo las que han quebrado si no, el portafolio de lo bancos. Las reprogramaciones ya están venciendo y ahora se comienza a sincerar los balances. Recién vamos a ver los “coletazos” de la segunda ola.
Jorge Guillén, docente asociado de ESAN
Se debe hacer una identificación de los lugares en los que se debería decretar una cuarentena, desde donde hay más densidad y pobreza, por la informalidad que hay en esos lugares.
En la cuarentena inicial (de marzo) se hizo, al contrario. También se debería contemplar el ingreso a playas, pero con aforos; y suspender actividades como discotecas o cines que son las que incrementan los contagios. Por estas actividades que no incrementan al PBI no se debería arriesgar la salud de los peruanos.
Las actividades de minería y construcción sí debería continuar de lo contrario, sucederá lo que sucedió en mayo, donde se reportó una caída de 30% en el PBI.
Las cuarentenas tienen que hacerse con resultados. El problema con el Estado es que no tiene administración de datos y por ello no toma decisión adecuada.
También se puede continuar entregando bono. El país ha entregado 0.6% del PBI en bonos y otros países han entregado hasta el doble. Vamos a tener que recurrir deuda.
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