¿Cuál es el panorama para nuestra economía tras la decisión del Gobierno de aplicar una cuarentena focalizada?
Hay que cambiar sustancialmente todas las proyecciones que se tenían para este año. La proyección de crecimiento del Banco Central de Reserva (BCR) de 12% para el 2021 era sensata, pero ahora no es sostenible.
Con la nueva cuarentena que se ha aprobado es difícil hacer pronósticos precisos y, además, habría que esperar los resultados de diciembre, pero podemos indicar escenarios posibles. Por ejemplo, asumir que en los meses de febrero y marzo las actividades prácticamente van a estar paralizadas y, entonces, la recuperación de la economía que se observó hasta enero –que no llegaba a niveles prepandemia, pero era importante– se va a caer.
Hasta ahora, la cuarentena se ha establecido para 15 días…
No sabemos cuánto va a durar la cuarentena. 15 días no van a ser suficientes para detener los contagios de covid-19. Hay que recordar cómo fue la primera cuarentena, que duró la segunda quincena de marzo y casi todo el segundo trimestre del año pasado. Con ello vimos las enormes caídas del PBI (-40% en abril). Ahora tendremos la misma dinámica, con tasas de caídas, y a esto se sumarán las elecciones.
¿Qué tanto impactará el cambio de autoridades?
Hay cambio de políticas públicas y eso también puede afectar la trayectoria de recuperación de la economía. Por eso me inclino hacia la necesidad de revisar sustancialmente las proyecciones de crecimiento para este año. La economía ya no va a crecer 12% como se había proyectado. Con suerte, la tasa sería 0%.
¿Es posible que la economía no crezca en el 2021?
Hay que hacer los cálculos precisos, pero en la estimación preliminar que hice, básicamente ocurre eso: 0% de crecimiento en el peor escenario. Podemos ser más conservadores y, aun así, el crecimiento no llegaría a 2% o 3%.
¿Qué nos llevaría a ese escenario tan negativo?
Un escenario posible es que en febrero el PBI caiga 20% (no 40% como en abril del año pasado, cuando la cuarentena fue total). Luego, en marzo seguiría cayendo a una tasa alta y recién la economía se estabilizaría en abril, pero con una tasa baja de crecimiento. En mayo recién se regularizaría la actividad y a partir de ahí se empezaría a recuperar.
Aun así, hay que recordar que a partir de junio del 2020 el producto se empezó a recuperar más rápido, ahora en la segunda mitad del 2021 la recuperación sería más lenta. Y como ya habría caído entre enero y mayo, el crecimiento de este año podría ser cero o, incluso, ligeramente negativo.
Tendría que pasar un milagro para que crezcamos 12%.
“Hay que hacer cálculos precisos, pero en la estimación preliminar que hice, en el peor escenario básicamente la economía crecería 0%”.
Bruno Seminario, profesor principal del Dpto. de Economía de la U. del Pacífico
¿Qué tendría que pasar para que no ocurra ese escenario de 0% de crecimiento?
Hay algunos aspectos que podrían amortiguar. A diferencia del año pasado, en esta cuarentena no se cerrarían la construcción y la minería. Si la producción de estos sectores no se ve afectada, el impacto de la nueva cuarentena en el PBI podría ser menor.
En ese contexto, la caída de febrero, con esa paralización parcial ya no sería 20%, sino menos. Sin embargo, esos sectores (construcción y minería) no pesan mucho en el PBI, y el grueso del sector servicios (que pesa 50% en el PBI) sí va a paralizar, por lo que el crecimiento económico de este año de todas maneras va a ser mucho menor a lo proyectado inicialmente, porque además hay otros factores negativos.
¿Como cuáles?
La pandemia está afectando mucho a los países de la Unión Europea y a EE.UU., que son dos de nuestros principales socios comerciales, por lo que, por ese lado, la economía peruana también se vería afectada.
Acá el tema clave es que sin la vacuna no hay posibilidad de recuperación para la economía peruana. Hasta que se importe y anuncie el cronograma de vacunación el crecimiento de la economía va a estar oscilando.
¿Cuál sería la recomendación?
La única política sensata que se puede hacer es orientar todos los esfuerzos a la campaña de vacunación. Más aún cuando todo indica que tarda bastante vacunar a la población, como lo muestran los casos de EE.UU. y Europa, donde teniendo dosis no van a terminar de vacunar hasta setiembre.
¿Cuándo estima que se hará?
Al paso que vamos, cuando ni siquiera se puede fletar un avión para que las vacunas puedan llegar desde China, no sabemos. Pero a la velocidad que se está haciendo es razonable pensar que las vacunas no van a estar (para todos) hasta el 2022 y que recién en el 2023 se terminaría de vacunar, si es que se vacuna.
¿Eso cómo impactará en la recuperación de la economía?
Si con la dinámica del PBI que teníamos hasta antes de esta segunda ola se esperaba que en el 2022 ya se hubiera logrado niveles del producto similares a los de prepandemia, ahora ello se lograría recién en el 2023 o 2024. Hay que tomar conciencia de que el gasto prioritario ahora es en salud y no hay que retirarlo como hicieron bajo el supuesto de que no iba a haber segunda ola.
La pregunta es: ¿por qué teniendo los recursos, la asignación presupuestal, no se compran las vacunas? El tema es que sin una solución a este problema sanitario de la pandemia no hay posibilidades de recuperación de la economía.
Sectores
¿Qué sectores podrán sobrevivir a esta segunda ola de covid-19?
A los sectores extractivos parece que les irá bien, porque los niveles de precio se están manteniendo y este año incrementarían su producción. Pero sectores como hoteles y restaurantes, turismo, se van a recuperar en 5 o en hasta 10 años; y cuanto más nos demoremos en aplicar la vacuna, más se va a alargar el horizonte de recuperación de estos sectores, principalmente de servicios, que está constituido en su mayoría por pequeñas empresas que van a tener que dedicarse a otros rubros. Creo que muchas empresas de turismo no van a sobrevivir y no sé cuántas del rubro esparcimiento y recreación van a quedar.
¿Qué se podría hacer para apoyar a esas empresas?
Hay que anticipar que puede haber cierre de un número importante de empresas pequeñas de estos rubros. También de hoteles grandes ligados al turismo receptivo que ya deben estar en problemas financieros y no hay forma de reestructurarlos.
Además hay zonas del Perú, como el Cusco, ciudad que necesitaría un programa especial de largo plazo, ya que depende de esos sectores de turismo sin solución a corto plazo.
¿Qué medidas aplicar?
Como la recuperación de sectores –como el turismo– va a demorar, habría que pensar en reestructurar la infraestructura y los servicios que prestan y dirigirlos hacia otro público, porque estaban orientados básicamente a atender al turista extranjero, que ascendía a 6 millones y ahora ha caído en 80%.
Otro problema que subsiste es el alto nivel de desempleo que causó la primera ola. ¿Cómo se afectará ahora el empleo?
Tras la primera ola el empleo se había recuperado un poco, pero era una de las variables que más lento andaba y ahora, con esta segunda cuarentena, va a volver a caer. Eso nos indica que probablemente el empleo no se recupere en los próximos cinco años. Ese va a ser el principal problema del Perú. Preocupa, además, que si el empleo en el sector servicios está estancado, habrá un problema serio en Lima.
¿Por qué?
Porque la mayoría de migrantes a Lima encuentra empleo en ese sector y ahora sin expectativa de empleo en servicios los migrantes no van a venir o incluso algunos se van a tener que regresar. Y si la recuperación del sector servicios es prolongada, digamos 10 años, se va a tener una migración negativa hacia Lima.
Eso, junto al aumento de la mortalidad por la pandemia, van a hacer que el crecimiento de la población de Lima tienda a caer. Ya sucede en algunas ciudades de Estados Unidos.
¿Cuál es la consecuencia?
Eso impacta negativamente el crecimiento económico de Lima, porque habrá menos trabajadores y menos demanda de servicios. Normalmente hemos tenido migración hacia Lima, pero tener un escenario en reversa es algo que, si se diera, hay que pensar la solución.
Factores que afectarían el crecimiento futuro
El economista Bruno Seminario destacó más problemas que trae consigo la pandemia y que afectarán el crecimiento de mediano plazo. Entre ellos, indicó que la tasa de mortalidad se va a duplicar, y con el aumento de la tasa de infectados, se reduce la esperanza de vida.
Entonces, es altamente probable que en las próximas décadas se tenga una caída de la población, detalló. Eso no determina la tasa de crecimiento del PBI, pero lo afectará en los próximos 5 o 10 años, anotó.
Otro problema está relacionado a la tasa de ahorro. El sector privado tiene un excedente financiero de aproximadamente un 20% del PBI, es decir ha subido casi 10 puntos porcentuales hasta ahora. Aunque hoy en día no es un problema porque parte está siendo absorbida por el déficit fiscal, más adelante, cuando la brecha fiscal baje, habrá un problema de cómo manejar este excedente financiero privado en un contexto en el que la inversión privada no muestra dinamismo.
A lo mencionado se suma que el superávit comercial tiende a crecer, lo que podría elevar las reservas internacionales o presionar a la baja el precio del dólar.
Reto principal del siguiente Gobierno
¿Qué problemas heredará el Gobierno que entre el 28 de julio y cuáles serán sus principales retos? Bruno Seminario consideró que el próximo Gobierno va a tener serios problemas en el tema sanitario y de recuperación económica.
“El Gobierno actual no va a solucionar el problema sanitario y este será el principal reto inmediato que deberá enfrentar el Gobierno que entra. Entonces, deberá seguir un cronograma de vacunación masiva, gastar más en salud y no retirar gasto de salud, porque si fuera así la probabilidad de que aumente el contagio se elevará”, precisó.
También tendrá que volver a administrar un programa de recuperación económica. En tercer lugar, deberá enfrentar más problemas fiscales de los que se anticipaba antes de la segunda ola de la pandemia, debido a esta nueva retracción de la economía (con la nueva cuarentena).
Asimismo, se necesitarán programas de crédito de largo plazo para apoyar a la reestructuración de las empresas, agregó. “El próximo Gobierno tendrá bastante trabajo en términos de reestructuración de la economía”, prevé el economista.
De otro lado, en el contexto actual tan complicado se requiere que las nuevas autoridades de gobierno que se elijan, apliquen buenas políticas, porque de lo contrario la situación puede empeorar aún más.
“Va a ser importante analizar quién será el candidato o candidata que gane las elecciones generales y cuál es el programa que traerá consigo”, puntualizó.