Redacción Gestión

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Según el (GPI por sus siglas en inglés), la violencia en el Perú tiene un costo que llega a US$ 15,470 millones y se ubica en el puesto 119 en un ranking de 162 países.

El GPI es el principal índice mundial de paz global elaborado por el Institute for Economics and Peace (IEP) y mide los conflictos internos e internacionales en curso, la seguridad y la protección de la sociedad, y la militarización en 162 países con base en 22 indicadores.

En el caso del Perú, su ubicación se encuentra entre los países con un nivel medio de paz debido a los resultados obtenidos en los factores principales como la militarización (1.8 puntos de cinco), sociedad y seguridad (2.9 puntos), y conflictos domésticos e internos (1.8 puntos).

Sin embargo, destacan los altos indicadores en términos de criminalidad percibida por la sociedad, homicidios, manifestaciones violentas y crímenes violentos. En estos indicadores obtuvo cuatro puntos de un total de cinco.

Ello fue compensado por diversos indicadores positivos como gasto militar (1.4 puntos), personal de (un punto), armas nucleares y pesadas (1.3), exportaciones de armas (un punto), personas desplazadas (un punto), muertes por conflictos externos (un punto)

Asimismo, el Perú muestra algunos indicadores con puntaje medio (2.5 puntos) como actividad terrorista, terror político, acceso a las armas pequeñas y armas ligeras.

El GPI 2014 señala que Europa lidera una vez más el mundo en cuanto sus niveles generales de paz y los países escandinavos tienen un desempeño especialmente positivo, ya que ocupan los primeros dos lugares (Islandia y Dinamarca).

Mientras que la calificación de América del Norte se deterioró ligeramente, en gran parte debido al aumento de actividades terroristas en Estados Unidos relacionadas con el ataque al maratón de Boston en abril de 2013. La región conserva su posición como segunda más pacífica del mundo, en gran medida gracias a la calificación de Canadá.

La región del Pacífico Asiático permanece entre las más pacíficas del mundo: ocupa el tercer puesto después de Europa y América del Norte, y sufre un deterioro muy menor en relación con su calificación de 2013.

Los puntajes de Sudamérica están ligeramente arriba del promedio global y las mejoras más importantes se sitúan en Argentina, Bolivia y Paraguay. Por el contrario, Uruguay, que conserva su puesto como el país más pacífico de la región, vio el deterioro de su puntaje debido al aumento en el número de fuerzas policíacas y de seguridad.

Las tensiones internas marcan las tendencias en los países con las calificaciones más bajas de la región: Colombia y Venezuela.

La paz en Centroamérica y el Caribe sigue constituyendo un reto, pero la región ha conseguido mejorar ligeramente en comparación con el puntaje de 2013 y se encuentra apenas por debajo del promedio global. Jamaica y Nicaragua son los países que más han mejorado gracias al repunte de sus calificaciones en seguridad y protección internas.

México, aún inmerso en una cruenta guerra contra las drogas, cayó levemente debido al aumento en el número de oficiales de seguridad interna.