La llegada del coronavirus al Perú hizo que el Gobierno decidiera por aislamiento social por 15 días en la segunda mitad de marzo, para evitar la propagación del virus. Con ello, se genera una parálisis de la economía que tendrá como impacto directo un menor crecimiento del producto bruto interno (PBI) en el 2020.

Aunque la ministra de Economía y Finanzas, María Antonieta Alva, cada vez que fue consultada sobre las repercusiones sobre la economía del coronavirus respondió que habrá una “impacto limitado”, hay proyecciones que muestran lo contrario.

Una de estas es la que realizó la consultora Thorne&Associates, dirigida por el exministro de Economía y Finanzas, Alfredo Thorne, quienes en su última revisión de las estimaciones de crecimiento para el Perú ven un avance de solo 1.6% en el 2020, por debajo del 2.8% de su estimado previo.

La razón principal es la rápida expansión de coronavirus (COVID-19) en el país. Sin embargo, consideran que el impacto principal estaría en la actividad económica del primer semestre del año.

Es así que en el detalle trimestral, en los tres primeros meses del 2020 la economía tendría un crecimiento de solo 1.4%, pese a que en enero la expansión fue de 2.9%. Pero la parte más dura para la actividad económica estaría en el segundo trimestre, pues la consultora prevé una caída de 0.5%, resultado negativo que se daría luego 42 trimestres pues la última vez que se registró fue en el tercer trimestre del 2009, año en que también hubo una crisis internacional.

Además, se anticipa que las exportaciones caigan 6.5% en entre enero y marzo y 7.5% entre abril y julio. “El reporte de balanza comercial de enero y el de expectativas de febrero son consistentes con este punto de vista, y ratifican que el impacto en el primer y segundo trimestre será muy fuerte”, señala el reporte.

Los sectores más afectados, afirman, serán aquellos ligados al mercado externo (manufactura, minería, agropecuario), por una menor demanda, y los de consumo (comercio y servicios), por una posible interrupción en la cadena de producción a nivel local.

En esa línea, la previsión para la inversión privada también tiene la misma línea, con un primer semestre en negativo con una caída de 0.2% y 1.1% en el primer trimestre y segundo trimestre, respectivamente.

Lo positivo

Según Thorne&Associates, al tratarse de una disrupción temporal, estiman que habrá un rebote de la producción el próximo año. Por ello, revisaron su estimado de PBI de 2021 a 3.9%, del 3% que tenían anteriormente.

Pero esta mejora se iniciaría en el segundo semestre del año, pues esperan que la incertidumbre por el COVID-19 se disipará desde el tercer trimestre del año en que estiman un avance de 2,2% y de 3.4% para los tres últimos meses del año.

“En términos secuenciales (trimestre contra trimestre), anticipamos una recuperación a partir del tercer trimestre de este año. El supuesto detrás de esto es una normalización de la situación a nivel global”, señala.

Asimismo, señala que el rol de las políticas monetaria y fiscal como estabilizadoras del ciclo se ha vuelto muy importante. Por el lado monetario se adelanta hasta dos bajadas de tasas de interés por parte del BCR.

Sin embargo, sostiene que la situación en el extremo fiscal, genera más dudas, pues persiste el problema de la baja ejecución y el enfriamiento de los ingresos públicos.


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