La confianza es el pilar de la economía

La confianza del inversionista y de la sociedad misma, es el pilar de una economía, y naturalmente cuando esta se pierde, la crisis es inevitable.

Podemos decir sin temor a equivocarnos, que la confianza es el artífice de los éxitos y fracasos económicos.

Cuando hay confianza, todos el mundo invierte, hace negocios, planes, consume, todo es euforia.

Caso contrario, cuando no hay desconfianza en la economía de un país, o en la economía mundial como sucede en estos días, ya nadie quiere invertir o gastar, sino que por el contrario, muchos quieren salir desesperadamente de sus inversiones, lo que ha causado grandes caídas en las bolsas.

Cuando se pierde la confianza en la economía, la gente se vuelve más conservadora a la hora de consumir, decisión que reciente a las empresas que impotentes ven como sus clientes desaparecen como por arte de magia, puesto que cuando la confianza se pierde, cuando la crisis se asoma, la gente deja de consumir y guarda lo que tiene para sobrevivir a la crisis.

El problema de la confianza, es que esta es una percepción subjetiva, que no siempre está basada en hechos reales.

La crisis financiera se ha originado por un exceso de confianza de inversionistas y consumidores, lo que los llevo a gastar como nunca sin reparar si esas condiciones ideales que los llevaban a tener esa confianza, estaban respaldadas por hechos reales, por realidades verdaderamente confiables.

Lamentablemente esa gran confianza, por ser subjetiva resultó estar sustentada sobre bases falsas, y el resultado fue lo que estamos experimentando actualmente.

Ahora, pasa exactamente lo contrario; se ha perdido la confianza basada en una crisis financiera, cuando en muchos casos, la economía real no experimenta una crisis tan grave.

Es esa confianza negativa o positiva la que impulsa al inversioncita o consumidor a tomar una u otra decisión, y por lo general esa confianza no corresponde a una realidad, sino a una simple percepción subjetiva, manipulable e influenciable del inversionista o consumidor.

La burbuja inmobiliaria y financiera que ocasionaron esta crisis, vendió al consumidor y al inversionista una realidad distinta, que lo llevo a tener una falsa confianza. Ahora, esa crisis está vendiendo una desconfianza excesiva que tampoco corresponde a una realidad tan negativa.

La confianza acelera tanto el proceso de éxito como el proceso de fracaso.

Cuando hay confianza, todos corren, sin cuestionarse a fondo, a comprar y a invertir simplemente porque toso lo hacen, y cuando hay desconfianza, todos corren a vender o a detener el consumo sin cuestionarse seriamente sobre las razones de ese comportamiento, y todo porque las decisiones están basadas sobre confianza o desconfianza.

Cuando yo confío, hago algo aunque sea incorrecto. Cuando desconfió dejo de hacer algo correcto, porque la subjetividad de la confianza no me permite evaluar imparcialmente una situación, no me permite se ecuánime; situación que enverga no solo a una persona, sino a toda la sociedad, e inclusive a los gobiernos, por lo que la situación se vuelve inmanejable, y el resultado será: una gran burbuja o una gran crisis, comportamientos que parecen alternarse cada cuantos años.

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