Brindar el servicio de delivery ya es una necesidad para la mayoría de empresas de venta minorista. Esto ha conducido a muchas micro, pequeñas o medianas empresas a al menos evaluar la compra de un vehículo destinado al reparto. ¿Representará a la larga un ahorro o generará pérdidas? Tres docentes y especialistas en microfinanzas brindan recomendaciones para dar con la respuesta en su caso particular.
Comparar costos totales por un año
Juan Carlos Ocampo, coordinador de la carrera de Economía de la Universidad Privada del Norte (UPN), sugiere calcular cuánto gasta durante un año alquilando un vehículo o contratando un servicio de transporte, y comparar ese monto con las cuotas que pagaría durante ese periodo para adquirir un automóvil. En este último cálculo deben incluirse los costos de la gasolina, salario del conductor, etc. Así, podrá elegir la opción que resulte más barata y ahorrar.
Si se decide comprar el auto y su negocio está constituido como persona jurídica, el docente recomienda hacerlo mediante leasing vehicular, pues esto le permitirá acceder a beneficios tributarios. “El banco es el propietario y te lo alquila mediante un contrato, pero hay una cláusula según la cual luego de la última cuota, eres el propietario del auto. Normalmente es preferible financiarlos en tres o cuatro años. Es mejor que comprar al contado”, explica Ocampo sobre el leasing.
Tercerizar
El economista Jorge González Izquierdo, docente de la Universidad del Pacífico, considera que la mejor alternativa suele ser tercerizar, es decir pagar por el servicio de transporte a un tercero. “Casi siempre conviene tercerizar porque la empresa que brinda el servicio de transporte, como lo hace en volúmenes mayores, tiene costos de producción que se dividen entre todos sus clientes, por eso resulta más cómodo”, explica.
Aunque considera “difícil” que a una empresa la compra de un vehículo le permita reducir sus costos de transporte, señala que esto se puede determinar con exactitud si se hace un cálculo entre los costos que implican ambas alternativas por el periodo regular de vida útil del vehículo. Si se trata de un automóvil, se hará un cálculo de todos los costos que implique su funcionamiento por un periodo de cinco años; y de tres años, si se evalúa adquirir una moto.
Se deberán tomar en cuenta los salarios de los choferes, la gasolina, el mantenimiento a lo largo de todos esos años, y comparar el monto total con los pagos que hace por la tercerización del servicio durante el mismo periodo. También señala que el leasing vehicular es más conveniente que la compra al contado, debido a las ventajas tributarias.
Mayor control del gasto
En opinión de Jorge Carrillo Acosta, profesor de Pacífico Business School, por lo general conviene contar con un servicio de transporte propio, si se realizan viajes con mucha frecuencia durante el día. Por otro lado, también debe evaluarse si contratar un servicio de terceros permite un control adecuado de los gastos. Contar con un vehículo propio ayudaría a evitar el descontrol, señala.
“Habría que hacer un análisis costo beneficio, de cuánto gasto cada mes en contratar el servicio, y cuánto me costaría comprar una flota, contratar al personal. Este análisis debe hacerse en el periodo de vida útil estándar de un carro, que es cinco años; o de una moto, que es de 3 a 4 años”, manifestó.