Redacción Gestión

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La nueva carta del sector exportador para enfrentar la caída del dólar es la propuesta de rebajar los aranceles a la importación de bienes intermedios. Gestion.pe conversó con Eduardo Ferreyros, gerente general de ComexPerú y extitular del Mincetur, sobre la efectividad de dicha medida y si podría perjudicar a la manufactura de insumos peruanos.

¿Es una medida efectiva rebajar los aranceles de bienes intermedios ante la caída del dólar?Las cifras que tenemos es que 1441 partidas de bienes intermedios están con un arancel de 6% y 373 con un 11%. Desde nuestro punto de vista, una rebaja arancelaria siempre ofrecerá mayor competitividad a los productores, porque van a poder conseguir insumos más baratos para su producción. Así como en su momento se hizo la rebaja a 0% de todos los bienes de capital, permitiéndole a las empresas fortalecer su estructura productiva.

¿Ya no es más económico importar insumos con un dólar más barato?Es cierto. Debido a la apreciación del sol, ya importar le está saliendo un poco más barato a las empresas, pero una rebaja arancelaria de los insumos les podría ser beneficiosa. Ahí está la industria del plástico, textil y confecciones, calzado, etc. Algunos insumos que importan podrían venir más barato si el arancel es cero.

¿La rebaja debe ser a 0% ó de manera gradual?Ese es un trabajo que tiene que hacer el MEF: analizar qué partidas deberían ser priorizadas en una rebaja arancelaria. Es decir, cuáles podrían ser llevadas de frente al 0% y cuáles progresivamente. En nuestra opinión, ambas maneras significan un camino positivo.

¿Por apoyar al sector exportador, no se estaría perjudicando la industria nacional?Perú ha venido bajando aranceles de manera significativa y no hemos visto que las empresas hayan quebrado. Ni siquiera hemos visto que hayan dificultades, sino todo lo contrario: vemos empresas más competitivas, más sólidas y fuertes. La protección no ayuda, y lo podemos ver en los países que ejercen protección como Argentina, Venezuela y Bolivia: sus empresas no son competitivas a nivel global. La idea no es perjudicar a la producción nacional, pero tampoco se trata de mantener sistemas que protejan a industrias que solamente puedan ser competitivas si se mantiene la competencia afuera.