Redacción Gestión

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BOGOTÁ, (Reuters) .- Un aluvión que arrasó el lunes un pueblo en una zona montañosa del noroeste de Colombia dejó 48 muertos y un número indeterminado de desaparecidos, en la peor tragedia de esta clase en una década en el país sudamericano, informaron las autoridades.

Fuertes lluvias en la zona urbana y rural del municipio de Salgar, en el departamento de Antioquia, provocaron un alud de tierra y rocas que bloqueó el cauce de la quebrada La Liboriana.

"Tenemos 48 cuerpos en la morgue. Se han atendido 37 personas heridas y se continúa en la búsqueda de varias personas reportadas como desaparecidas", dijo en el sitio de la tragedia el director de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres, Carlos Iván Márquez.

El paso del aluvión destruyó viviendas, puentes, parte del acueducto y otra infraestructura de Salgar, un pueblo de 17,000 habitantes dedicado principalmente a la siembra de café.

"No sabemos cuántas personas están desaparecidas", dijo el presidente Juan Manuel Santos quien sobrevoló la zona y asistió a una reunión con autoridades locales en la que se declaró el estado de calamidad, una medida que permite agilizar el uso de recursos financieros para atender la emergencia.

Imágenes divulgadas por la Fuerza Aérea mostraron casas destruidas y calles repletas de lodo. Los habitantes salieron a las orillas de la quebrada a buscar pala en mano a sus familiares y amigos entre los escombros.

El comandante regional de la policía, general José Ángel Mendoza, dijo a Reuters que el aluvión se produjo después de que un desprendimiento de tierra en la parte alta de la montaña causado por las lluvias bloqueó el cauce natural de la quebrada.

"Se deslizó el terreno sobre el cauce de la quebrada La Liboriana. Luego el agua represada provocó una avalancha que arrasó todo lo que encontró a su paso", explicó el oficial.

Testigos relataron que entre las aguas se veían bajar cadáveres humanos, animales y enseres en medio de una espesa capa de barro y de maleza.

"Es una cosa que no tiene nombre, fue muy duro (…) temblaba la tierra", dijo Raúl Gómez, un habitante que resultó ileso.

"La gente que uno conocía, niños, jóvenes, familias enteras perdieron su hogar. Estamos en alerta porque hay temor de que pueda venirse otra avalancha", dijo María Gutiérrez.

"A mí casi me da un infarto, se vieron olas grandes y se veía a la gente y a cerdos bajar en las aguas", agregó.

El presidente Santos anunció subsidios para las personas que perdieron sus viviendas, así como recursos para la reconstrucción.

Helicópteros de la policía y la Fuerza Aérea evacuaron a por lo menos 100 personas que se encontraban en sitios de riesgo, mientras que 166 socorristas, apoyados por maquinaria pesada y perros, trabajaban en la búsqueda de desaparecidos entre el lodo y los escombros.