(Bloomberg) ¿Cuántos puestos de trabajo más puede sumar la economía estadounidense antes que se le terminen los trabajadores dispuestos y aptos? En este momento, no hay un debate que sea más importante y los actores clave disienten respecto a cuánta más capacidad ociosa queda en el mercado laboral antes de que el crecimiento del empleo dé lugar a aumentos de salarios y una tasa de inflación inaceptablemente altos.

El presidente Donald Trump se mostró exultante ante un aumento mayor que el previsto de 235,000 empleos en febrero, dejando de lado sus dudas anteriores respecto de la confiabilidad de los datos de la Oficina de Estadísticas Laborales.

Oficialmente, la Casa Blanca este año se comprometió a crear 25 millones de puestos de trabajo en la próxima década, período que se extendería más allá de un segundo mandato de Trump.

Esto representa un promedio de más de 200,000 empleos por mes. El presidente parece tener la esperanza de lograr esa meta llevando la tasa de crecimiento de la economía al 4%, aunque más recientemente el secretario del Tesoro Steve Mnuchin utilizó una cifra de alrededor del 3%.

El problema es que, si bien un crecimiento mensual del empleo de 200,000 es posible cuando la economía todavía se está recuperando de un período de subempleo, esto se vuelve mucho más difícil de ahora en más.

La presidenta de la Reserva Federal (Fed), Janet Yellen, podría estar convirtiéndose en uno de los principales dolores de cabeza de Trump.

Durante la campaña presidencial, Trump afirmó que la decisión de la Fed de mantener bajas las tasas de interés había inflado una "burbuja, grande, gorda y fea".

Pero Trump ya no se queja de que las tasas de interés sean demasiado bajas. Necesita tasas bajas para estimular el crecimiento que prometió. Ahora es Yellen quien está subiendo levemente las tasas para evitar que la economía se recaliente.

En un discurso que pronunció este mes, Yellen dijo pensar que el crecimiento a largo plazo de la fuerza laboral es de 75,000 a 125,000 por mes, lo cual, de ser así, haría rápidamente imposible aumentar el empleo en más de 200,000 por mes.

Tras la decisión del 15 de marzo de elevar la tasa de los fondos federales un cuarto de punto, Yellen dijo a los periodistas: "Creemos estar siguiendo el mismo rumbo en que veníamos, pero este implica un ajuste gradual del mercado laboral". Luego agregó: "Hay algunas evidencias de que el crecimiento de los salarios gradualmente está aumentando".

Mensaje: No esperen que la Fed se quede de brazos cruzados mirando cómo Trump trata de acelerar la economía por encima del límite de velocidad.

El presidente de la Reserva Federal de Mineápolis Neel Kashkari es una figura interesante porque es el único miembro del Comité Federal de Mercado Abierto que no estuvo de acuerdo con la votación a favor de elevar la tasa de los fondos federales.

Hay indicios en un discurso reciente de que a Kashkari le preocupan los que han quedado sin empleo y podrían permanecer en esa situación si la Fed reprime el crecimiento.

El viernes, Kashkari emitió un comunicado donde explicaba su disenso. La mayor parte de él enunciaba consideraciones de política monetaria: la inflación sigue estando por debajo de la meta de la Fed, argumentó, y en el mercado laboral hay más capacidad ociosa de la que piensan algunos.

Pero Kashkari insistió en un planteo que hizo en enero en una alocución ante la Liga Urbana de Minneapolis.

El comunicado decía: "También sabemos que los promedios nacionales acumulados de tasa de desempleo no ponen de relieve los importantes desafíos que experimentan las comunidades.

Por ejemplo, si bien hoy la tasa de desempleo general para los estadounidenses es de 4.7%, es de 8.1% en el caso de los afroamericanos y de 5.6% en el de los hispanos".

Trump está firmemente a favor de un aumento del empleo. Yellen considera que la economía ya está cerca del pleno empleo. Kashkarin se ubica en algún punto intermedio entre ellos. Esto se está poniendo interesante.