Redacción Gestión

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Bruselas (AFP).- El primer ministro británico, , recomendará a los británicos votar a favor de la permanencia en la , tras conseguir este viernes un acuerdo que da a su país un "estatus especial" dentro del bloque.

"Este acuerdo está a la altura de las promesas que hice al principio del proceso de renegociación. El Reino Unido estará permanentemente fuera de una unión más estrecha, y nunca será parte de un superestado europeo", dijo en conferencia de prensa en Bruselas.

"Creo que es suficiente para recomendar que el siga en la UE", destacó Cameron.

"He negociado un acuerdo para dar al Reino Unido un estatus especial en la UE", añadió.

El primer ministro presentará el texto el sábado a su gobierno en Londres y el lunes al Parlamento, antes de anunciar la fecha del referéndum. Ello servirá para que arranque una campaña que dividirá a su gobierno y a su partido, entre europeístas y antieuropeos, muy abundantes entre los conservadores.

Cameron explicó algunas de las ventajas del acuerdo. El Reino Unido no tendrá que financiar a los países de la Eurozona que atraviesen problemas; sus empresas no serán discriminadas por no usar el euro, dará nuevos poderes para deportar a delincuentes europeos que lleguen al país, y podrá limitar durante siete años algunas ayudas sociales a los inmigrantes.

Los socios europeos de Londres también se felicitaron por el desenlance de esta cumbre.

"Acuerdo. Hay apoyo unánime", anunció el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk. "Estoy muy feliz. Es justo con el Reino Unido, justo con los otros 27 Estados", escribió por su parte el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.

La presidenta lituana Dalia Grybauskaite fue la que dio la primicia: "se acabó el drama", sentenció. "Es un buen compromiso, que espero que sirva para mantener a Gran Bretaña en la UE", escribió el primer ministro checo, Bohuslav Sobotka.

Tras alcanzar el laborioso acuerdo, durante una cena de trabajo, el primer ministro británico David Cameron tiene ahora manos libres para volver a Londres y convocar el referéndum sobre la UE, en el que pedirá el voto a favor de seguir en el bloque.

Cameron había llegado a Bruselas con cuatro demandas, resumidas en la aspiración de quedar al margen de los siguientes pasos en la integración europea y recuperar viejas competencias.

Las cuatro peticiones eran poder limitar las ayudas sociales a los inmigrantes europeos, quedar al margen de los próximos pasos hacia una mayor integración europea, que el mercado único mejore su competitividad y proteger a la City bancaria de Londres de las decisiones de la Eurozona.

El viernes, Cameron dedicó el día a reunirse con aquellos líderes reticentes al pacto tras una noche prácticamente en blanco.

Poco antes, se solventó la amenaza griega de vetar un acuerdo que debe adoptarse por unanimidad.

Atenas condicionó su aprobación a que no se cierren sus fronteras para evitar el paso de refugiados a la Unión Europea, tal y como se había especulado.

Dos visiones de Europa confrontadas.La oposición británica, desde los laboristas al UKIP, acusó a Cameron y sus socios de exagerar las dificultades para que el acuerdo sea más valorado por los británicos.

Así, por un lado, el primer ministro belga Charles Michel hablaba de "ahora o nunca". En cambio, la presidenta lituana, Dalia Grybaskaute, estimó que el acuerdo llegará "dependiendo de la cantidad de teatro que quieran hacer algunos países".

Cameron ya avisó que no volvería con un mal acuerdo y que estaba dispuesto a recomendar a los británicos la salida del bloque. De no haber logrado el pacto, se hubiera alargado un tema que causa irritación en algunas capitales por su inoportunidad, en un momento en que el bloque confronta la mayor llegada de refugiados e inmigrantes en más de medio siglo.