En octubre, el Índice de Confianza del Consumidor de para Lima Metropolitana se situó en 51 puntos, lo que representa una caída de cinco puntos respecto del trimestre pasado, cuando alcanzó niveles máximos de varios años. Las familias redujeron su optimismo sobre el futuro, percibieron incrementos en los precios y mayores dificultades para encontrar trabajo, sobre todo aquellas de ingresos medios y bajos (NSE C,D y E).

El principal cambio observado entre octubre y el tercer trimestre ha sido la disminución en el porcentaje de familias que espera mejoras en su situación económica para el 2017, que pasó de 62% a 52%.

"Este deterioro puede explicarse por la disminución en la confianza generada por el Gobierno, que se refleja en la caída de la aprobación presidencial. Parece estar repitiéndose el ciclo de confianza observado en los últimos tres cambios de Gobierno", señala .

De hecho, refiere, en todos ellos, tanto la aprobación presidencial como la confianza de las familias sobre las condiciones esperadas a un año se deterioraron luego de tres meses del cambio de mando.

Adicionalmente, también se registró un aumento en el porcentaje de familias que percibió incrementos considerables en los precios. Entre setiembre y octubre, el porcentaje de familias que observó aumentos significativos en los precios pasó de 16% a 24%. Esto sugeriría que la inflación habría dejado de caer este mes.

EmpleoFinalmente, los hogares de ingresos medios y bajos (NSE C, D y E) percibieron mayores dificultades para encontrar empleo. Tras mejorar gradualmente a lo largo del año, en octubre la percepción de las familias de estos NSE sobre la facilidad para encontrar trabajo se deterioró y volvió a los niveles del cuarto trimestre del 2015, cuando marcó un mínimo de cinco años. Esto podría estar relacionado a la caída del empleo de personas sin educación superior registrada en los últimos meses.

Tras alcanzar máximos en el tercer trimestre del 2016, la confianza de los consumidores cayó en octubre y regresó a niveles relativamente bajos. Aparentemente, el ciclo político afectó las expectativas de las familias sobre el próximo año y explicó buena parte de la mejora inicial en la confianza y también su reciente deterioro.