La crisis política actual ha incrementado la incertidumbre a tal punto que es difícil saber qué esperar los meses siguientes en materia económica, dice Bruno Seminario, profesor del Departamento de Economía de la Universidad del Pacífico, quien considera que la situación está tan deteriorada, que de acá a las próximas elecciones generales será difícil aplicar las políticas que se requieren para consolidar la recuperación económica que se estaba viendo.
El elemento crucial para la economía ahora ya no son los factores económicos, sino el factor político, subraya.
¿Cómo impactará a la economía la crisis política actual?
Es difícil saberlo, pero hay que considerar cómo venía la situación antes de esta crisis política. La economía venía recuperándose, tras las drásticas caídas observadas en la cuarentena rígida, pero en los dos últimos meses se ve una tendencia hacia la ralentización que todavía no se nota en las cifras oficiales (la última es de agosto), pero hay indicadores, como las ventas con tarjetas y otros, que muestran eso.
Otro indicador que ha aparecido, y que preocupa, es la tasa de crecimiento del sector agrícola, que ahora se ha vuelto negativa.
¿Qué nos dicen esos indicadores?
Nos dicen que, lamentablemente, lo que está ocurriendo es que la recuperación del PBI está apareciendo ya no como una “V”, como se esperaba, sino como una “M”; es decir, se ve una nueva mayor caída del PBI, tras haberse recuperado rápidamente después del levantamiento de la cuarentena.
¿A qué se debe ese comportamiento del PBI?
Hace un mes, atribuíamos eso a la falta de inversión pública, frente a la gran cantidad de desempleo que todavía hay. Es decir, sencillamente, no hay demanda suficiente para sostener la recuperación del PBI, el cual no puede seguir recuperándose si el consumo privado está paralizado. La única forma de solucionar este problema era aplicando una política fiscal expansiva muy grande, y el MEF no lo había hecho.
¿Ahora cuál es el panorama?
Ahora, con los cambios en el Gobierno, la probabilidad de materializar un fuerte incremento del gasto público se reduce prácticamente a cero, con lo cual no vamos a tener el empuje fiscal que era necesario para consolidar el proceso de recuperación económica y, probablemente, lo que tengamos en el cuarto trimestre sea una mayor caída del PBI que la que se esperaba.
¿Qué implica esto?
En mis proyecciones del PBI para este año tenía una caída de 14% (-12% estimó el MEF), pero eso asumía una expansión fiscal fuerte. Y si esto último no se materializa, como parece ser el caso con la coyuntura actual, la caída que proyecté de 14%, puede ser aún mayor.
¿A cuánto podría llegar?
No he hecho las proyecciones, es muy pronto, hay que esperar a que se normalice algo esta crisis política. Pero lo más probable es que la expansión de la inversión pública que se necesitaba para consolidar la recuperación económica, no se va a materializar. Y el crecimiento de 10% que había pronosticado el MEF para el 2021 es también poco probable que se cumpla.
Aunque eso no quita que, en términos estadísticos, a partir del segundo trimestre del año 2021, se vea un fuerte crecimiento del PBI porque se estará comparando con la fuerte caída del mismo periodo del 2020, que fue el peor. Pero por lo menos hasta el primer trimestre del 2021 la tasa de variación del PBI va a ser negativa, y con la crisis política, más aún de lo que ya se preveía.
Es decir, con la crisis política ya no es seguro que se alcance el crecimiento de 10% que proyectó el MEF para el 2021...
Claro, se pone en tela de juicio el crecimiento o rebote proyectado de 10% para el 2021, porque eso suponía la aplicación de políticas públicas por parte de un ministro o ministra de Economía y un equipo de Gobierno que tuvieran capacidad de gestión y que entendieran y manejaran la situación. Solo quedaría el BCR como entidad sólida, pero no puede hacer política fiscal.
Entonces, ¿el escenario actual de crisis política es el peor para la economía?
Sí, este escenario es el peor para la economía; no estaba en las previsiones. A quién se le iba a ocurrir un cambio de presidente de la República en plena pandemia, faltando ocho meses para que terminara su mandato, pero en el Perú todo puede pasar.
Hay mucha preocupación porque no ponga freno a las iniciativas de corte popular del Congreso. ¿Cómo percibe usted esta situación?
La situación ahora es totalmente impredecible, ya que hemos perdido la capacidad de gobierno.
Entonces, la situación está tan deteriorada que, de acá a las próximas elecciones generales, será difícil aplicar las políticas económicas que se requieren para consolidar la recuperación económica que se estaba viendo.
Solo queda el BCR para apoyar con la política monetaria, y eso asumiendo que no entre en colisión con el nuevo Gobierno o el Congreso, en cuyo caso no sabemos qué podrá pasar. Si sacaron un presidente, todo puede pasar.
¿Qué es lo más grave de esta crisis política para la economía?
Lo crucial es la parálisis del Ministerio de Economía (MEF) y la parálisis en los programas de inversión pública, que ya tenían problemas para su ejecución y ahora con esta crisis política probablemente la inversión pública va a desaparecer.
El mayor problema es cómo se va a manejar el gasto público. La inversión pública puede caer y puede aumentar al mismo tiempo el gasto corriente innecesario que no tiene tanto impacto en la demanda y el consumo, que es lo que se requiere que crezcan para impulsar la economía.
Se esperaba que la economía, siguiendo un plan de reactivación, alcanzaría los niveles del 2019 en dos o tres años. ¿Cómo cambia eso ahora?
Ahora volver a la normalidad, a los niveles de PBI prepandemia, puede demorar ya no tres años sino cuatro o cinco. Pero todo es prematuro. Tras la crisis actual, todo puede pasar.
Otro indicador que venía recuperándose eran las expectativas empresariales. ¿Cómo afectará eso la crisis política?
Las expectativas empresariales se irán abajo de nuevo con esta crisis política, porque los empresarios son sumamente sensibles a los eventos políticos y, probablemente, la inversión se va a contener y caerá hasta que la situación política se estabilice.
Esta situación de incertidumbre no va a pasar probablemente hasta que suba el próximo Gobierno. El elemento crucial para la economía ahora ya no son los factores económicos sino el factor político.