Las bodegas han tenido que reinventarse frente al coronavirus. (Foto: Jesús Saucedo | GEC)
Las bodegas han tenido que reinventarse frente al coronavirus. (Foto: Jesús Saucedo | GEC)

La “nueva normalidad” a raíz de la pandemia del coronavirus ha cambiado el comportamiento de los consumidores. Y si bien en un inicio las bodegas de barrio se vieron favorecidas por el incremento en la demanda, la creciente oferta pronto volteó la torta.

En 2020, el uso de los canales digitales se ha incrementado y la competencia se ha hecho más dura. Ante esta situación, las bodegas han tenido que adaptarse, no solo a los protocolos de seguridad, sino también a estas nuevas formas de comportamiento, para tratar de mantenerse abiertas durante la pandemia, y para recuperar sus ingresos de forma lenta con la reactivación económica.

En este contexto el 2021 representa un importante reto para las bodegas, según al Asociación de Bodegueros del Perú (ABP).

El crecimiento de la oferta del negocio bodeguero durante el 2020 se ha debido a dos factores: la reconversión de otros rubros, los cuales optaron por convertirse en bodegas para tener algo de actividad y así generar ingresos; y la apertura de nuevas bodegas por personas que perdieron su empleo y lo vieron como una alternativa para obtener ingresos para la familia.

“Las bodegas están teniendo una fuerte presión y mucha competencia, lo que hace compleja su recuperación económica. Por ello se han visto obligadas a reducir sus márgenes de operación para poder mantenerse competitivas”, señala Andrés Choy, presidente del gremio.

Esta presión no solo viene de los negocios convertidos en bodegas, sino también de la presencia de otros competidores como son las tiendas de conveniencia, el uso de aplicativos para compras con delivery, especialmente de supermercados y productores, y hasta los aplicativos de personal shoppers para compras en supermercados, han hecho del comercio minorista un terreno altamente competitivo.

El último trimestre del año las ventas de las bodegas se han recuperado un poco, pero las perspectivas para el 2021 no dejan de preocupar, afirma la ABP.

“Las proyecciones para la economía son inciertas, y a nosotros nos preocupa que se establezcan nuevas restricciones de horarios y circulación, o que se incrementen los precios por decisiones de las empresas o del gobierno de incrementar o actualizar impuestos. Por eso apelamos a ambos para que no realicen cambios en los precios o las condiciones de funcionamiento para poder recuperarnos en el 2021”, señaló Choy.

Otro de los retos de las bodegas para el 2021, es incorporar a sus actividades el uso de tecnología y digitalización; muchas ya han incorporado el uso de WhatsApp o mensajería para coordinar entregas a domicilio; sin embargo, aún hay espacio para la implementación de medios de pagos digitales, el uso de billeteras electrónicas o incluso para anunciar sus stocks en línea.

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