El aumento de los precios de Bitcoin no tiene sentido. “Nadie lo entiende, lo que por el momento es positivo”, dijo Paul Krugman.
El aumento de los precios de Bitcoin no tiene sentido. “Nadie lo entiende, lo que por el momento es positivo”, dijo Paul Krugman.

Las criptomonedas, como el , no encuentran su valor en el oro o petróleo o cualquier tipo de commodity. ¿Entonces, por qué valen tanto?

Lo primero que debemos tener en cuenta es que no son precisamente monedas, sino activos. Es decir, es un recurso, usualmente web.

Entonces entendemos que el Bitcoin es un criptoactivo, ¿pero de qué? Comencemos por explicar qué es una aplicación descentralizada.

Estas apps son un nuevo tipo de software, que se caracterizan por no tener ninguna entidad que lo supervise. Es decir, son totalmente libres y sin regulación.

Un ejemplo para entenderlo mejor: Drive o Dropbox, ambos tienen una empresa que garantiza el acceso y el espacio para almacenar archivos: Google y Dropbox, Inc. Su versión descentralizada sería una app de almacenamiento que distribuya el espacio disponible entre todos los usuarios. Es decir, sin ningún Google o Dropbox que los supervise. El mismo principio se aplica al mundo financiero.

Bitcoin

El ente que garantiza la legitimidad de una transacción o el valor de una moneda usualmente es el Banco Central. Si vamos al terreno virtual, esta es asegurada por compañías como PayPal o Visa.

El objetivo es evitar la doble utilización de dinero, que es una suerte de falsificación o estafa. Por ejemplo, si se realizan dos compras por Internet, ¿quién garantiza que no se está usando exactamente el mismo dinero para hacer ambas transacciones?

El ente coloca su sello a la operación que ocurrió primero, y si la segunda quiere usar ese monto, pues no puede.

El problema que soluciona Bitcoin es este. Ya no se necesita ningún ente que garantice el proceso. ¿Pero entonces cómo sabemos si no estamos siendo estafados?

Siempre se va a necesitar que alguien coloque el sello en la transacción que se hizo primero. La diferencia es que en lugar de crear uno, Bitcoin permite que varias compañías compitan para ser el "sellador oficial". Bajo esta premisa, se garantiza que no haya un monopolio y las operaciones circulan libremente.

¿Pero qué es Bitcoin? Pues es la recompensa que le ofrecen a quienes compiten por sellar algún grupo de transacciones.

Y aquí viene el truco. Cualquiera puede entrar a la competición, y el objetivo es simple: encontrar un número generado aleatoriamente por la red. Pero un número que cuesta mucho trabajo hallar.

La explicación es sencilla: Imaginemos diez personas en una caminadora (sí, la máquina para hacer ejercicios). Colocamos un premio llamado Bitcoin para el primero que camine 1,000 kilómetros. Eventualmente alguno se llevará el premio, pero el esfuerzo de las personas y la energía que generó las caminadoras suponen un costo financiero real: aquí la gracia de este criptoactivo.

Los "miners" son los competidores. La caminadora es un software demandante. Y la energía, puro poder de procesamiento. Es decir, electricidad.

Esta corriente se paga en el mundo real, con dinero real, y legitimiza el sentido de la competencia, que entrega Bitcoins como premio para el miner que gane el concurso y fiscalice, escanee, regule y sancione malos usos en un número determinado de transacciones (además de un fee pagado por los usuarios).

¿Cuál es la ventaja?

Los criptoactivos sirven para hacer cualquier tipo de operación online, pero sin algún intermediario. Pueden ser pagos electrónicos (Bitcoin), almacenamiento (Filecoin) o incluso una aplicación descentralizada para crear nuevas aplicaciones descentralizadas (Ethereum).

¿Cuál es la ventaja que ofrecen? Primero, las apps descentralizadas son más lentas, más caras, tienen peor experiencia de usuario y son muy volátiles. Es decir, si algún día pretende guardar algo con Filecoin probablemente vuelva corriendo a Dropbox.

La ventaja es bastante simple: es imposible de censurar o fiscalizar o regular. En pocas palabras, no hay nada que pueda impedir que una transacción se realice con Bitcoin, o que un archivo se almacene en Filecoin.

Al final, la pregunta que se desprende de toda esta maravilla tecnológica, debería ser una bien simple: ¿A quién le conviene sacrificar velocidad, precio, comodidad y estabilidad para poder enviar dinero en secreto, sin que nada pueda detenerlo?