Los bancos experimentarán una etapa híbrida que durará al menos de tres a seis meses, según BCG.
Los bancos experimentarán una etapa híbrida que durará al menos de tres a seis meses, según BCG.

Con las ganancias económicas ya disminuidas en el mundo antes del brote de COVID-19, los bancos deben transformarse significativamente para gestionar los riesgos en expansión, atender a los clientes de manera efectiva y elevar la rentabilidad a un nivel sostenible, según un reciente informe de Boston Consulting Group (BCG).

Según BCG, los bancos experimentarán una etapa híbrida que durará al menos de tres a seis meses. Para que esta transición se pueda llevar a cabo de manera efectiva, los bancos deben realizar tres acciones en particular, las cuales son el refuerzo de actividades esenciales, el anticipo de impactos posteriores y la aceleración de la transformación digital.

En cuanto al refuerzo de actividades esenciales esto hace referencia a que los bancos mantengan fuertes mecanismos de liquidez y financiamiento. Asimismo, deben reforzar la gestión del riesgo de crédito pues los impulsores de riesgo relacionados con el brote de COVID-19 no son capturados actualmente por los sistemas de calificación crediticia.

Ante ello, los bancos deben asegurarse de que comprenden sus posiciones y pueden mitigar los problemas rápidamente. Además, deben actualizar sus prioridades de cumplimiento, los equipos deben evaluar los proyectos en función de los riesgos y compromisos del banco, y determinar qué esfuerzos serán necesarios para lograr cumplirlos adecuadamente.

A esto se suma que es necesario evaluar la resistencia y adaptabilidad de sus modelos operativos y comprender cómo el COVID-19 puede afectar la entrega de diferentes procesos.

Con respecto al anticipo de impactos posteriores, es importante que se tenga en cuente que se está experimentando un shock de oferta, de demanda y en los precios del petróleo al mismo tiempo, la cual afecta a todas las regiones. Sin embargo, estos cambios serán diferentes en todas las industrias.

Por ello, medir esos efectos requerirá que los bancos inviertan en una planificación detallada del escenario, diferenciada por sector industrial. Asimismo, deben volver a visitar sus planes de continuidad del negocio, observando no solo el impacto a corto plazo, sino también los efectos expansivos durante los próximos 12 a 18 meses.

Esta planificación debe extenderse al modelo operativo para garantizar que sus controles sean suficientes para abordar todo tipo de riesgos y procesos, como los relacionados con la ciberseguridad, el anti-lavado de dinero, la seguridad de los pagos, la liquidez y el crédito.

Finalmente, la aceleración de la transformación digital sigue la premisa de que los desafíos sin precedentes planteados por el brote de COVID-19 hacen que la digitalización sea aún más urgente en la banca.

Las funciones de riesgo, tesorería y cumplimiento pueden ayudar a los bancos a responder a la crisis actual y sentar las bases para el éxito a largo plazo. Mediante el uso de inteligencia artificial, aprendizaje automático y otras tecnologías y prácticas avanzadas, los bancos pueden mejorar la dirección general, ofrecer información predictiva en tiempo real y ejecutar de manera más rápida y eficiente.

“La banca, como muchos otros sectores de la industria, debe reinventarse y alinearse a los nuevos retos de la innovación para poder enfrentar las crisis del Covid 19. Se requiere acelerar el despliegue de herramientas y modelos digitales que permitan a sus clientes un mejor sistema de atención, pues casi el 90% de ellos ya son digitales e híbridos”, indicó Joaquín Valle del Olmo, Managing Director & Partner de BCG.

TAGS RELACIONADOS