Redacción Gestión

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WASHINGTON, (Reuters) .- El recortó el martes su panorama de para este año y el próximo, debido a desalentadoras perspectivas económicas en la zona euro, Japón y algunos mercados emergentes importantes, lo que contrarrestará los beneficios de una caída en los precios del petróleo.

El prestamista internacional pronosticó que la crecería un 3 por ciento este año, por debajo de la proyección previa del 3.4 por ciento de junio, de acuerdo a su informe semestral del Panorama de Crecimiento Global.

El crecimiento del PBI a nivel mundial será del 3.3 por ciento en 2016, debajo de la estimación de junio de un 3.5 por ciento, mientras que para el año siguiente caerá a un 3.2 por ciento, destacó el .

"La economía global está en una coyuntura desconcertante", dijo a periodistas Kaushik Basu, economista jefe del Banco Mundial. "Es un momento desafiante cuando se trata de realizar proyecciones económicas".

La economía mundial ha estado más débil de lo esperado desde la crisis financiera del 2007-2009.

El aseguró que las sólidas perspectivas de crecimiento en Estados Unidos y Gran Bretaña los alejan de otras naciones ricas, incluyendo miembros de la zona euro y a Japón, que siguen teniendo economías anémicas y enfrentan temores de deflación.

"La economía mundial marcha con un solo motor (…) el estadounidense", dijo Basu. "Esto no pinta un panorama mundial color de rosa".

Entre los mercados emergentes, Brasil y Rusia en particular pesaron sobre las predicciones de crecimiento mundial del organismo, junto con China, que atraviesa por una desaceleración mientras se aleja de un modelo de crecimiento conducido por las inversiones.

Como otras entidades, el estimó que la caída de casi el 60 por ciento en los precios del petróleo desde junio del año pasado tendría un efecto positivo neto para la economía global, impulsando a los países que deben importar crudo.

El impacto inmediato de los menores precios del petróleo se limita a un impulso del 0.1 punto porcentual para el panorama global este año, dijo el .

La caída de los precios del petróleo podría también deprimir la inflación a nivel mundial. Temores de deflación, junto con perspectivas globales más sombrías y estancados salarios en Estados Unidos, podrían llevar a la Reserva Federal a subir las tasas de interés más lento de lo anticipado, dijo Basu.