Redacción Gestión

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Washington (Reuters).- El afirmó que estaba preparado para ayudar a los gobiernos a responder a un alza generalizada en los precios de los granos que nuevamente ha puesto en riesgo a los más pobres del mundo.

"No podemos permitir que alzas de corto plazo en tengan consecuencias dañinas en el largo plazo sobre los más pobres y vulnerables", dijo en un comunicado el presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim.

"El Banco Mundial y nuestro socios están monitoreando de cerca esta situación, de manera de que podamos ayudar a los gobiernos a poner en práctica políticas para ayudar a la gente a lidiar con esto", sostuvo , un experto en salud pública que enfrenta en los precios de los alimentos su mayor desafío en los dos meses que lleva en el cargo.

Una sequía en el centro de Estados Unidos ha reducido de forma dramática las proyecciones sobre el rendimiento de los granos, lo que trajo a la memoria la crisis vivida en el 2008 cuando las alzas en los precios de los alimentos generaron protestas en algunos países pobres y pusieron en tela de juicio el uso de cultivos para producir biocombustibles.

Los precios del trigo se han disparado más de un 50% y los del maíz más de un 45% desde mediados de junio, en medio del clima seco en Rusia, Ucrania y Kazajistán y de temperaturas excesivamente húmedas en Europa.

Kim dijo que el Banco Mundial tiene varios programas para ayudar a los gobiernos en caso de que la situación empeore.

Entre los programas destacan las asesorías, las inversiones en agricultura y el trabajo con y grupos de voluntarios para ayudar a los gobierno a tomar respuestas informadas frente al alza de los alimentos.

"En el corto plazo, medidas como programas de alimentación en las escuelas, transferencias de efectivo condicionadas y programas de alimentos por trabajo pueden ayudar a suavizar la presión sobre los pobres", dijo Kim. "En el mediano a largo plazo, el mundo necesita políticas fuertes y estables e inversiones sostenidas en agricultura en los países pobres", agregó.

Funcionarios del Banco Mundial destacaron que no hay indicios, en base a las actuales proyecciones para la cosecha, de que vaya a producirse una escasez de granos como consecuencia de los menores cultivos previstos para este año.

Además, menores precios del petróleo, de los fertilizantes y de los fletes respecto del 2008 suavizarán el costo de los alimentos importados y de la siembra el año próximo, estimó el organismo.

Sin embargo, Marc Sadler, responsable de manejo del riesgo en agricultura dentro del Banco Mundial, sostuvo que la situación actual es "más complicada" que en el 2008, cuando los precios del arroz y del trigo subieron y luego cayeron fuertemente al año siguiente al aumentar la siembra.

"La diferencia ahora es, si uno mira el conjunto, que todos los precios están subiendo", lo cual hace más difícil para los agricultores decidir qué sembrarán, dijo Sadler.