Redacción Gestión

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El 2015, en definitiva, no ha sido el año que muchos esperaban. Puede que debilidad sea la palabra para definirlo. El año cierra con una coyuntura global más complicada en comparación con el año anterior.

Esta situación se deriva de la debilidad en los precios de los commodities, las expectativas crecientes de alza en tasas de interés por parte de la y la continua desaceleración en las principales economías emergentes. Si bien Estados Unidos muestra una recuperación sostenida de su economía, la eurozona y Japón aún muestran menos dinamismo. Y China sigue desacelerándose a pesar de que esta se muestra suave, pero sostenida.

"Estos factores han creado en Latinoamérica un crecimiento debilitado, depreciación de monedas y reversión de flujos de capital", apunta Luis Fernando Bravo, managing director y jefe de financiamiento para la región andina de Goldman Sachs. La región no parece tener buenas perspectivas. Además de los menores precios de las materias primas, se suma la recesión en Brasil.

"Si para este año esperamos que la economía mundial crezca alrededor de 2.6%, en Latinoamérica esperamos que haya una caída en la actividad económica de 0.9%", asegura Iker Cabiedes, economista jefe para Perú en JP Morgan. "El reto de la región es que muestra tasas de crecimiento menores al potencial. Para el Perú, estimamos una expansión de 2.7% en el 2015", añade.

"Nuestro país, junto con sus socios de la Alianza del Pacifico, ha mostrado una resistencia importante a estos vientos negativos", anota Melvin Escudero, CEO de El Dorado Investments y presidente de CFA Society Perú. "A pesar de sufrir ese impacto en contra, ha continuado creciendo. Se espera que el bloque de la Alianza del Pacifico termine con un crecimiento promedio de 2,4%", añade.

Los obstáculosLa pregunta que quizás muchos se hagan es ¿qué se pudo haber hecho mejor? Es cierto que había un entorno global incierto: la desaceleración de China y la caída del precio del petróleo y de los commodities. En Latinoamérica, por su lado, ha habido mucho ruido político en el 2015. Quizás Brasil sea el caso más llamativo, con escándalos de corrupción que traspasan fronteras.

"En el Perú, afectó de manera negativa la caída de la inversión, en particular la pública, en parte influenciada por incertidumbre política y falta de agilidad en decisiones y procesos", señala Bravo, de Goldman Sachs.

"Es posible que los programas de estímulos fiscales programados para este año no tengan el alcance deseado sobre el crecimiento económico, debido a un subejercicio del gasto. Sin embargo, se espera que la ejecución del estímulo fiscal se acelere el siguiente año", añade Cabiedes, de J.P. Morgan.

"Por otro lado, en el sector privado, los corporativos empezaron a manejar de manera más proactiva riesgos a los que están expuestos, incluyendo riesgo de moneda, luego de haber sido duramente afectados por la depreciación del Nuevo Sol", añade Bravo.

Lo resaltanteA pesar de que el crecimiento regional estuvo por debajo de su potencial, el Perú es uno de los países de Latinoamérica con tasas de crecimiento más altas. En ese sentido, Cabiedes, de JP Morgan, resalta la fuerte recuperación del sector minero. La imagen que dejó el país, por su parte, al ser el anfitrión de las reuniones anuales del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional fue inmejorable. Los inversionistas extranjeros asistentes a la cita han mostrado mucho interés en acercarse al Perú.

Para Melvin Escudero, lo rescatable es la solidez de nuestra estructura macroeconómica: bajo nivel de endeudamiento, buen manejo monetario, solvencia de la banca, inflación baja. "Esta ha permitido que, a pesar de tantos factores externos negativos, el país continúe creciendo e incluso muestre cierta tendencia positiva de rebotes en los últimos meses", añade.

Otro tema digno de resaltar es la gran actividad en fusiones y adquisiciones (M&A, por sus siglas en inglés) a nivel mundial. Bravo asegura que el 2015 puede ser histórico por esto, ya que la actividad está llegando a niveles récord comparables a épocas precrisis en el 2007, generados, en parte, por niveles todavía bajos en costo de financiamiento y la dificultad de encontrar crecimiento orgánico en un entorno internacional más volátil.

"Hay ejemplos de transacciones importantes que demuestran este apetito. En financiamiento, se lograron cerrar importantes proyectos de infraestructura como Red Dorsal, la Línea 2 del Metro y Longitudinal de la Sierra, y el Perú regresó al mercado global de bonos en euros", anota Bravo.

"En transacciones estratégicas, tuvimos jugadores importantes que entraron al país (como el caso de Arca en Lindley) y jugadores locales que se consolidaron (Graña en el Gaseoducto Sur Peruano)", añade.

PerspectivasLas expectativas difieren cuando se trata de hablar del crecimiento del siguiente año. Unos son más optimistas que otros. JP Morgan espera para el 2016 que la economía mundial crezca alrededor de 2.8%, impulsada, principalmente, por una gradual, pero sostenida, recuperación en los países desarrollados y una mayor desaceleración en China.

Goldman Sachs pronostica un PBI global con un alza de 30 bps al 3.5% en el 2016 y 3.7% en el 2017, liderado por un gradual repunte de las mayores economías emergentes. "Latinoamérica tiene unas expectativas similares y la zona andina debe subir 0.2% en PIB", señala Bravo.

Para JP Morgan, en Latinoamérica, excluyendo Brasil y Venezuela, donde esperan una recesión, el resto de la región estaría creciendo 2.1% el siguiente año. Para el 2016, esperan que el crecimiento en el Perú alcance el 3.2%, el más alto de la región.

"Mientras tanto, el crecimiento en la región seguirá afectado por la fuerte recesión en Brasil, que marcaría el tono de lo que, esperamos, sería una caída en la actividad económica de 0.3% en el 2016", asegura Cabiedes.

Por su parte, Goldman Sachs espera para el Perú una subida de un punto porcentual en el PBI, que llegue al 3.6% y 4% en el 2016 y 2017 respectivamente, la última cifra más en línea con el potencial de crecimiento del país.

"Mantenemos el optimismo en el Perú, donde el país tendrá la oportunidad de retomar la senda del crecimiento y posicionarse como economía líder en la región", señala Bravo.

"Para realizar estas expectativas, va a ser fundamental que el proceso electoral se lleve a cabo con relativa tranquilidad y que el nuevo gobierno mantenga la estabilidad y seguridad para inversión local y extranjera", añade.

Para Melvin Escudero, el nuevo gobierno electo podría generar un shock de confianza para el segundo semestre.

"En el 2017, podrían generar el retorno de la inversión y el incremento de la velocidad de crecimiento a uno más cercano a nuestro nuevo potencial de crecimiento de alrededor de 4.5%", concluye optimista.

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