Tesla
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Las opiniones son divergentes en cuanto a la naturaleza exacta de Tesla, y van desde un fabricante de automóviles en dificultades hasta el pionero tecnológico en algo parecido al segundo advenimiento. De cualquier modo, una cosa es segura: es una máquina de dinero.

No me refiero a esto en el sentido de que Tesla gana mucho dinero; sino más bien que es una máquina para recaudar y consumir dinero.

Por supuesto que todas las empresas tienen algo de eso, en distintos grados, es solo que Tesla Inc. está más en el "otro" extremo de las cosas.

Probadamente negativa en el flujo de efectivo libre, Tesla depende de una mezcla heterogénea de financiamiento externo, desde recaudación de capital hasta depósitos para vehículos, bonos de alto rendimiento, titularización de contratos de arrendamiento y capital de trabajo negativo.

Y esa mezcla heterogénea descansa, por supuesto, en el famoso precio de las acciones de Tesla que desafía la gravedad y en la fe en su máximo ejecutivo, Elon Musk.

Por eso, estos cuatro gráficos merecen más que solo una mirada, incluso para los moscovitas más fervientes:

Estamos a solo una semana de saber si Tesla alcanzó su objetivo (muy reducido) de producir 2,500 unidades de su Model 3 por semana para fines del primer trimestre. Las señales hasta ahora no son buenas, lo que también genera dudas sobre el objetivo de 5,000 por semana para finales de junio.

Alcanzar estos objetivos es importante para la máquina de dinero de Tesla en tres frentes.

En primer lugar, la reducción de esa dependencia riesgosa en el capital de trabajo negativo y obtener un retorno del dinero que ya se gastó en las líneas de producción depende de la producción de más automóviles. En segundo lugar, los analistas actualmente esperan que Tesla gaste US$ 2,700 millones en efectivo este año, y los analistas tienden a ser optimistas sobre este tema.

Tercero, cuando Moody’s calificó ese bono que Tesla vendió en agosto pasado, estaba asumiendo 300,000 entregas del Model 3 este año, lo que ahora parece muy fuera de alcance.

En otras palabras, es casi seguro que la máquina de dinero de Tesla tendrá que recaudar más este año debido a los problemas del Model 3, pero esos mismos problemas socavan el terreno de juego para vender más capital o deuda.

Esto está sucediendo en un contexto de mayores tasas de interés. La deuda de Tesla ha aumentado en los últimos años, especialmente después de que asumió las obligaciones de SolarCity Corp. Los gastos por intereses aumentaron más del doble en 2017 y alcanzaron el asombroso nivel de un tercio de la ganancia bruta en el último trimestre de 2017:

Al mismo tiempo, Tesla se está acercando a chocar contra un muro de vencimientos, con US$ 3,700 millones de bonos y líneas de crédito que necesitan refinanciamiento para fines de 2020.

Aproximadamente US$ 1,700 millones de ese monto consiste en tres bonos convertibles que vencen entre noviembre próximo y noviembre del año que viene. Casi la mitad de eso, heredado de SolarCity, está irremediablemente “fuera de dinero” (es decir, sin valor intrínseco), con precios de conversión que comienzan en US$ 560 (Tesla cerró el jueves a US$309 y algo más).

El resto, US$ 920 millones de bonos convertibles, con vencimiento en marzo próximo, tiene un precio de conversión de poco menos de US$360; aún bajo el agua, pero a la vista de la superficie.

Convertir esto último en capital diluiría la libre flotación de Tesla en un 2 por ciento. Pero eso podría ser más aceptable que la alternativa de reemplazarlo con un bono de cupón cero.

A partir de ahora, esos tres bonos pagan un cupón promedio ponderado de poco más del 1 por ciento, o alrededor de US$ 18 millones al año.

Si todo sigue igual, suponiendo que todos fueron refinanciados a diferenciales similares a los que se negocian ahora los bonos de Tesla a 2025, pero teniendo en cuenta el aumento previsto en los rendimientos de los bonos del Tesoro, eso subiría al 7%, o US$ 120 millones. Poniéndolo en contexto, el gasto total por intereses de Tesla del año pasado fue de US$471 millones.

Por supuesto, un repunte en el precio de las acciones eliminaría gran parte de este sufrimiento. La mitad de esos bonos convertibles se transformaría en capital y Tesla simplemente podría emitir más acciones en general (tal como lo alienta a hacer el nuevo paquete de compensación de Musk de todos modos) o más deuda, incluso a tasas más altas.

Sin embargo, llegar allí necesita una cosa por sobre de todo lo demás: un flujo constante de unidades de Model 3. Arrancar la máquina del dinero depende de que arranque esa línea de producción. Y teniendo en cuenta las crecientes cargas de Tesla, eso debe suceder pronto.

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