Redacción Gestión

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La dinámica del sector privado está ligada a la eficiencia del Estado. Para ello, se emprenderán ante un panorama internacional poco favorable. Así, la agilización de la 'permisología' permitiría destrabar inversiones por más de US$ 15.000 millones, consideró.

Además de la caída de las exportaciones, ¿qué otros indicadores revelan menor ritmo de crecimiento de la economía peruana?La es uno de los sectores con problemas, además de la minería, en gran medida por la coyuntura internacional. La demanda externa ha caído, la recesión en Europa es evidente, por tanto, esta coyuntura internacional o problema estructural, en algunos casos, afecta la demanda de esos países y repercute en la dinámica de crecimiento de las exportaciones peruanas.

Las exportaciones tanto tradicionales como han caído el primer trimestre de este año, por ejemplo, textiles, confecciones, manufactura ligera y ello ha golpeado al sector manufactura y estamos viendo su menor crecimiento. A ello se suma un menor crecimiento de la demanda interna.

¿La tendencia de las importaciones obedece a la poca ejecución del gasto de gobierno?Cuando el crecimiento económico tiene un menor ritmo siguen creciendo las importaciones, se demanda equipos y bienes intermedios pero a un ritmo menor. Por eso, se ve en las cifras que el ritmo de crecimiento de importaciones de bienes de capital, bienes intermedios y bienes de consumo se ha atenuado, eso no tiene que ver con lo planteado con respecto al .

El grueso del sector público es gasto corriente, el gasto de inversión del sector público es menor. El 60% ó 65% de presupuesto público va a gasto corriente, la diferencia corresponde a gasto de inversión. Además, del 27% del PBI, que es la inversión, 22% ó 23% lo explica la inversión privada, por tanto, no es el sector público el que define que la dinámica de crecimiento de las importaciones esté cayendo.

De otro lado, mediante la agilización de la 'permisología', según Castilla, se permitirá destrabar inversiones por más de US$ 15.000 millones, ¿en qué sentido la permitirá ver resultados?No podemos aspirar ser un país de primer mundo, sino tenemos un Estado de primer mundo y actualmente ni siquiera tenemos un Estado de tercer mundo, sino de cuarto mundo. La ley va en buena dirección porque se busca dar profesionalismo y competitividad al funcionario público, lo que falta es una explicación sobre la transcendencia que esto tiene. Lo que se busca es profesionalizar al sector público, que sea más eficiente y eficaz.

Los buenos (funcionarios) se están yendo porque no se les ofrece remuneraciones adecuadas, no se tomaron decisiones oportunas, pero hay que retomar eso. Hay funcionarios que se abocan a su trabajo, pero falta apoyarlos, capacitarlos, buscar competencias y ofrecerles mejor remuneración. Hay que apoyar (la ley) pero explicarla, ya tenemos huelgas de servidores públicos que están en contra.

Ellos consideran que se vulnera la estabilidad laboral…No se trata de poner en riesgo su estabilidad laboral, que por cierto debe estar garantizada en la medida del cumplimiento de las funciones. Todos debemos estar tranquilos de que vamos a estar en nuestro trabajo, si lo hacemos bien. (A quienes se oponen) no se les ha explicado que es una ley positiva, un elemento de la reforma del Estado, la cual es necesaria.

¿Qué otros mecanismos clave posibilitarían la reforma estructural del Estado?Se debe hacer un análisis integral de todos los organismos públicos, hay organismos donde se duplican funciones, esfuerzos, en consecuencia, se asignan recursos de manera no adecuada. Hay que analizar qué organismos públicos son necesarios y cuáles no, con profesionalismo y de modo independiente. Esto tendría que ser con asesoría de organismos internacionales o de terceros, porque es difícil pensar que un organismo quiera desaparecer.

¿De qué organismos estaríamos hablando?Desde los Ministerios hasta los Organismos Públicos Descentralizados (OPD) requieren analizarse para determinar cuáles deben seguir funcionando. Los tres poderes del Estado requieren reformarse para ser un país moderno, que aspira ser miembro del primer mundo.